viernes, 17 de agosto de 2012

Una Historia de Amor


Una historia de amor
Cuando se conocieron no pudieron pensar en un futuro juntos. Los dos eran demasiado diferentes el uno del otro. Ella había pasado por experiencias muy difíciles desde que comenzó a andar por el mundo. Tenía sus buenos golpes y sus buenos y viejos secretos. Era una mujer que tenía mucho kilometraje y a la que le gustaban las emociones fuertes. Él tenía un perfil bajo y sentimental que lo había hecho blanco y presa de conflictos que no lo habían dejado bien parado. Quizás él era capaz de ayudar al resto del mundo, menos de ayudarse a sí mismo a superar su timidez natural. Una timidez que conseguía encubrir con una personalidad jocosa y encendida. Siempre estaba dispuesto a sonreír. Y cuando cruzaron caminos… Fue él quien pensó en dar todo de sí a causa de aquello que había brotado entre ambos. Ella no estaba segura de sus sentimientos. El mundo la había forjado para ser fría y un poco despiadada, y no había tenido una verdadera experiencia romántica. Pero él sabía que lo suyo podía ser más hermoso que una ilusión. Podía convertirse en realidad. A pesar de que sus vidas eran dispares y de que podría haber conflictos, él estaba convencido de que aquella era la mujer que quería para compartir el resto de su vida. Ella dudaba y él se afirmaba más en su convencimiento. Y entre ellos brotó el amor. Juntos se complementaron. Eran el contrapunto perfecto. Eran la pareja ideal. Él comenzó a ganar seguridad en sí mismo y a depender menos de los demás. Ella consiguió abandonar sus viejas costumbres y modos de pensar y se atrevió a soñar en un nuevo universo. Un universo en el que la sangre y la muerte y la violencia se veían opacadas por el amor. Pero nuevos obstáculos se interponen en la pista de estos enamorados. Los obstáculos que podría encontrar cualquier pareja común y corriente. Pero ellos, además de ser una pareja, no son nada comunes ni corrientes. Así que tendrán nuevos retos para sortear en la carrera del amor.
¿Buena historia, no? ¿Muy melodramática, no? ¿Muy mía, muy de Nicolás, no? Pues no. Desde ya. No encontré el amor ni nada de eso. Por si os lo estabáis preguntando. Mi respuesta es un rotundo “NO”. Entonces, me diréis (y creo que la pregunta es justa), a santo de qué viene todo lo anterior, que parece una descripción malísima de una novela rosa. Amigos y amigas… ¿qué iba a ser? ¿Olvidáis que soy un friki? Todo lo anterior es mi concepción de cómo sería un romance entre Herbie, ese simpático (y a veces irritante) escarabajo blanco y Christine, ese divertido Plymouth Fury del 58 que cada tanto gusta de darse un paseíto y cargarse a la mayor cantidad de transeúntes que encuentra. ¿A que hacen una pareja perfecta? ¿Os imagináis la secuela? Una historia de amor II Los Frutos del Amor (A mí no me miréis raro, considerad que hemos debido soportar Freddy contra Jason y Alien vs. Predator, yo no soy responsable directo de la manía de hacer esas chorradas. Así que los tomates, a los del cine).

domingo, 12 de agosto de 2012

Aunque sea para escribir algo...





Por Júpiter... la que tenía sin pasar por aquí...



De acuerdo. A ver cómo nos ponemos al día.



Han sido unos meses de mierda. Lo diré con toda franqueza, así nos ponemos cómodos. Tranquilos, no ha ocurrido nada verdaderamente grave, pero es que no he tenido ánimos de casi nada.



Desde lo de la caída en el encerado (ola de vítores y aplausos), he estado algo decaído. Me ha superado el desánimo. Lo peor es que no sabría concretar una razón. Sólo ha sucedido y punto.



En principio me he sentido más que inútil. La última entrada que escribí, que en teoría debía ser graciosa, no me dio gracia ni siquiera a mí (de hecho, me da miedo). Y claro... También me he sentido incompetente, un desastre (un mal desastre, quiero decir), y un gilipollas (más de lo habitual).



Luego se me ha dado por ver el mundo de esa forma filosófica que conviene no tocar nunca jamás. He terminado concluyendo que vivimos un engaño y una ilusión que nos creamos para evitar ver la realidad. Disfrazamos la realidad con un falso idealismo, podría decirse. Todo es una farsa. O al menos yo lo siento así.



Luego, mi típica depresión de tres de agosto se ha extendido considerablemente (tanto hacia delante como hacia detrás). No me hace bien tener que decir todo lo que he sentido con respecto a este particular. Lo dejaré estar. La mayoría (si es que aún queda alguien por ahí) sabrá leer entre líneas.



Y finalmente (lo que nunca podría haber esperado), me he sentido solo. Vamos... el colmo. Seis años disfruté de la soledad. Viví en la soledad. Aprendí a querer la soledad y a ser feliz estando solo. Y voy ahora y comienzo a sentirme mal por estar solo y sentirme poco estimado. De verdad. Jamás pensé que podría someterme a todas estas chorradas.



Es decir. Las emociones y los sentimientos ganaron lugar a la razón. El razonador se vio superado por aquello que es irracional. Me siento idiota.



No he concretado nada de lo que tenía previsto hacer estos meses (rendir exámenes, para ser claros). Leía y olvidaba. Resolvía ejercicios y lo hacía mal (o bien tardaba horas). Y de fondo tenía la filosofía de "Todo el universo es una ilusión, todo es un montaje cruel", o bien el "Eres un inútil", o bien el...



Así que, damas y caballeros, han sido meses de mierda. Por cuestiones estúpidas. Y mi mente me dice que son de lo más ridículas. Pero me han golpeado fuerte.



Para colmo, estoy enfermo. Hurra.



La cuestión es que, a día de hoy, sigo igual de idiota. Vamos, que ni siquiera me ha salido hacerme reír.



Creo que, más pronto o más tarde, se me terminará pasando. Así lo espero. Así lo quiero creer. Pero por el momento estoy hecho una piltrafa.



Quizá, no tengo idea, ponerlo por escrito sirva de algo, o quizá no.



Y bueno. Ese es el resumen. No hay mucho más que contar. Tampoco quiero dar más la lata. Podéis dejar de celebrar, sigo vivo.



Intentaré escribir cosas que no apelen ni al humor (porque me sale mal) ni a la reflexión (porque termino viendo todo negro) (y no, eso último no fue ironía, aunque podría haberlo sido), y os pondré problemas de física y de matemática.



¿Lo véis? Siempre queda la solución de convertirse en un tirano despótico y bdescargar la frustración en decretos y edictos reales.