sábado, 30 de mayo de 2009

Problema de lógica lateral: "La eminencia".

Bien, heme aquí volviendo a actualizar este gran blog de la sabiduría. Como seguramente sabréis por la última actualización, que nuestro hermoso y gran salón del estudio ha abierto una nueva sección en la biblioteca. Muy bien, además de que contamos con la inestimable presencia de un profesor de matemática, y una aficionada a la literatura. Creo que con estas incorporaciones al grupo del salón podemos arrancar sin dificultades. Es así que quiero ahora proponer un enunciado, que debe resolverse con lógica, y pensamiento lateral. Pero primero lo primero. Adrián Paenza, es un gran matemático argentino, e ídolo personal, un buen estudioso de las leyes de los números, y un docente de primera mano. Sus obras y conocimientos rebalsan los límites, y sus preguntas e interrogantes son inmensos. Habréis visto también que en mi entrada anterior publiqué una cita del señor Paenza, la cual es una de mis preferidas. Paenza es quizás en la Argentina el mejor matemático, y sus pensamientos y reflexiones son ya historia. Su modo o método de razonar la matemática es incomparable e inimitable. Podríamos decir sin temor a equivocarnos que como docente es un gran educador, que tiene bien claras las pautas fundamentales para ser un buen docente, y es muy didáctico en sus enseñanzas. Adrián Paenza es el autor de unos libros titulados: “¿Matemáticas, estás ahí?” en los cuales recopila algunas curiosidades matemáticas, algo de historia de las matemáticas, y algunos problemas que entretienen al cerebro y dan placer a cualquier persona. Sus obras son piezas de oro para aquellos que apreciamos las matemáticas y creemos que además de ser una ciencia, es un arte. Por eso, es que me gustaría comenzar estas entradas de matemáticas con alguna de sus reflexiones, o algunos de sus enigmas.
Como dice Edgar Alan Poe en la introducción de los asesinatos de la Rue Morgue, el intelectual gusta de poner a prueba su mente con enigmas, acertijos, problemas y demás, como el fuerte gusta de tonificar sus músculos, hacer ejercicios, y mantenerse en forma. Es así que para aquellas personas que estén en este momento ociosas, que quieran hacer trabajar sus pequeñas células grises, y que deseen entretenerse un buen rato a base del pensamiento, les doy este simpático problemilla que pasaré a explicar.

Un problema de pensamiento lateral es un problema de lógica que implica pensar las cosas de un modo distinto, o de un punto de vista diferente, al que solemos hacerlo habitualmente. Es por esto la utilidad de este tipo de problemas, ya que enseñan al cerebro a trabajar de otra manera, no mejor, pero sí distinta. Esto servirá en muchas ocasiones para pensar de distintas formas una misma cosa, lo cual es muy útil en diversas ocasiones de la vida, en que se necesitan tomar decisiones. Como ya se ha mencionado anteriormente, las matemáticas invaden todos los terrenos, así que podemos decir que tiene cuádruple tracción, y es un último modelo, pequeño chascarrillo. Entonces vemos que esta ciencia no se limita a los cálculos y a los libros, sino que extiende sus horizontes, más allá.
Bien, a saber que el problema que os plantearé a continuación debe resolverse con este tipo de pensamiento, recordando, no pensar como lo haríamos comúnmente, sino, reflexionar y pensar las cosas desde otro rincón.
El problema que sigue a continuación, es muy sencillo, pero sirve para pensar y entretenerse, y como se diría en mi país, el problema es una verdadera pavada. Esto quiere decir, que cuando diga la solución y a nadie se le haya ocurrido todo el mundo dirá: _”¡ah…! Era eso.” O en todo caso: _”¿Cómo no se me ocurrió antes?” en fin… para no violar derechos de autor, aunque dudo mucho que Adrián Paenza esté leyendo este blog, se citará la fuente de la que ha sido tomado este problema. Del libro: ¿matemática, estás ahí? Número dos, de Adrián Paenza, publicado por última vez en el año 2006.
Saldando ya esa deuda podemos comenzar. ¿listos? Allí va:

“Un hombre llamado Roberto tiene un hijo de nueve años que se llama Luis, Roberto es el padre de Luis, y vive con él en Buenos Aires Capital Federal. Un día Roberto tenía que ir a Mar del Plata, y decide partir en auto, y lleva a Luis consigo. El viaje va perfectamente bien hasta que pasando por la mitad de la ruta un inmenso camión se atraviesa en el camino del auto de Roberto, produciendo un fuerte impacto. El choque mató instantáneamente a Roberto, y dejó inconciente, pero con vida, a Luis. Unos vecinos de la localidad por donde pasaban, vieron casualmente el accidente y llamaron a una ambulancia. La ambulancia llegó con asombrosa celeridad y llevó a Luis al hospital más cercano, de la zona. En el hospital los médicos tratan de estabilizar los signos vitales de Luis. Y cuando lo consiguen empiezan a discutir el caso particular de Luis. Como ningún médico sabe que hacer con la rareza de Luis, deciden llamar a una eminencia en el tema. La eminencia trabajaba en el hospital de niños de Buenos Aires, le comentan en pocas palabras el caso de Luis, y como el niño no puede trasladarse la eminencia decide ir hasta el hospital donde está internado Luis.
Al llegar la eminencia a la sala del hospital en donde se encontraban reunidos los doctores que atendieron a Luis, estos le comentan la situación más detalladamente. Al terminar la conversación queda en el ambiente un profundo silencio. Al final uno de los médicos con un hilo de voz pregunta: _”¿Podrá hacerse cargo del niño?” A lo que la eminencia responde con una mirada y luego dice: _”¿Cómo no voy a poder hacerme cargo del niño? Si es mi hijo.”

Bueno, queda sobreentendido la tarea de ustedes, deben hallar una respuesta para esta situación. A algunos les parecerá medio sencillo, otros ni siquiera lo pensarán, otros pedirán la solución. A esos les digo que tengan paciencia, y que piensen, ya que nada mejor que disfrutar pensando… aquí todos tenemos derecho a equivocarnos y nadie será tratado mejor o peor por haberlo conseguido o no, esto no es concurso, sólo se hace para entretener a la mente.
Antes de continuar debo decir una cosa: mejor, dos cosas: para aquellos que crean que Roberto era el padrastro de Luis, están equivocados, ah… y otra cosa, Roberto no es sacerdote.
Ahora sí, pasaré a explicar como es esto, a diferencia de la sociedad del misterio, no activaré la moderación de comentarios, ya que nada se gana si copiamos a nuestros compañeros, al contrario se pierde el placer que sólo ofrece el pensamiento. Por ende, confío en la integridad, y el deseo de pensar de mis participantes, y sé que no harán trampa. Por lo tanto este ejercicio queda abierto hasta pasado el plazo de cinco días. Ya que pienso que es un tiempo intermedio para que otros visitantes se sumen al ejercicio, y para que los que ya están en el salón se tomen su tiempo para pensarlo.
Es así que me despido por ahora deseándoles suerte a los miembros del salón que quieran participar de este ejercicio. Y recuerden, el pensamiento es lo más apropiado para las mentes aburridas, y si quieren disfrutar pensando, piensen en este divertido enigma. ¡suerte y ánimos!

Ah… ya me estaba olvidando, además de dar su respuesta, deben razonar y escribir el porqué o cómo la obtuvieron.
Ahora sí…
¡Suerte! El conocimiento y el saber son infinitos. Es por eso que el hombre, en su pequeñez ignora el basto conocimiento del univ

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días Nícolas.
Me temo que la única solución que se me ocurre es un poco imaginativa.
Creo que en el accidente cruzan a una dimensión paralela. en la que Roberto esta vivo.

Ya te dije que las matemáticas no son lo mío.

Anónimo dijo...

Nícolas me ha pedido que publique la solución del problema, desgraciadamente no puede acceder a esta página. No deja de ser irónico que no pueda acceder a su propio blog. Aquí está la solución.
Muy bien, han pasado seis largos días desde la publicación de nuestro problema de pensamiento lateral. En principio debo decir que a pesar de que el plazo inicial fue de cinco días, decidí extenderlo sólo un poquito más para dar tiempo a tratar de resolver esto. Aún así he tenido constancia de que hubo gente que se ha esforzado y ha pensado en una solución. Pero antes de continuar debo publicar la solución final…
Cita
“¿Podrá hacerse cargo del niño? A lo que la eminencia lo mira y responde: “¿Cómo no voy a poder hacerme cargo del niño? Si es mi propio hijo. Yo, soy su madre.”
Final de cita.
Sí, puede que el acertijo o problema, sea algo rebuscado así a simple vista, pero tiene su origen de una forma lógica.
A ver, el problema nunca menciona el género de la eminencia, sólo dice una eminencia en el tema. A lo que cabría lógico suponer…. ¿Existen eminencias femeninas? La respuesta es sí. Todo aquel que haya estudiado historia de la Química, debe de saber que fue gracias a una mujer, Marga Sclodousca, más conocida como Mari Curie, que hoy sabemos de los elementos radiactivos. También sabemos que fue la primera mujer en ganar el premio Nobel de Física, y además ganó en el año 1914 el premio Nobel de química. Podemos decir, entonces, que marga Sclodousca, fue una eminencia en la química, y era mujer. Ahora bien, también hay eminencias médicas, y también hay mujeres que son eminencias en la medicina. Sigamos un poco más…. Tenemos a un niño que acaba de perder a su padre, si viene otra persona y dice: “El niño es mí hijo.” Cabría lógico suponer que esa persona es obviamente la madre del niño, ya que no he conocido a un niño que tenga más de dos padres, una madre, y un padre.
La trampa oculta en este problema es justamente la eminencia, vivimos en una sociedad machista, donde el hombre ha tenido una clara “supuesta superioridad” sobre la mujer, (pensamiento con el que discrepo enteramente) y por tanto no estamos acostumbrados a creer que las mujeres pueden lucirse en áreas en donde predominan los hombres. Lo cual es ciertamente equívoco y retrógrado. La explicación de este tipo de problemas nos dice que tenemos que resolverlos con un pensamiento distinto al que lo haríamos de ordinario. Para poder modificar nuestro modo de ver las cosas.

Anónimo dijo...

A aquellos que ofrecieron otras respuestas, les digo, lo han hecho bien, pues han pensado, han intentado, se han esforzado y han dado lo mejor de sí, mientras haya deseo de aprendizaje y autosuperación, lo demás es accesorio. No hace falta ser un Mozart para entender una partitura, no hace falta ser un Newton para entender el cielo astronómico. Sólo es necesario la voluntad de aprender, cuando todos los esfuerzos estén concentrados en intentar, sólo debemos practicar, aplicarnos, y atender para poder lograr ser mejores cada día. No importa no llegar a la cima, es difícil, nadie ha dicho que sea sencillo, pero si se tiene fuerza de voluntad y deseo verdadero de mejorar, sólo se debe seguir empeñando. A aquellos que lo hayan hecho bien, les digo, que lo han intentado, y les ha resultado, han puesto esfuerzo, y los felicito.
Por el momento os deseo buena suerte y me despido de vosotros con un cordial saludo, y con una reflección.

Anónimo dijo...

Un día un profesor de matemáticas le pone un problema muy difícil a sus alumnos.. estos tardan un año en entender el en entender el enunciado, luego tardan dos meses en proponer una solución a modo de tesis. Pero, cuando lo logran creen que han descubierto un gran misterio de la matemática que había tenido en vilo a los matemáticos de la época de Pitágoras. Al día siguiente cuando llega el profesor a ver como habían avanzado sus discípulos estos se le tiran literalmente encima, y le empiezan a acribillar a preguntas, ya que ninguno de los dos creía que estaban en lo cierto, y le pedían explicaciones al profesor, para que les dijeran en donde estaban equivocados. El profesor les va haciendo preguntas muy sereno para demostrar que estaban equivocados, pero, contra todo pronóstico, los alumnos le empiezan a rebatir y refutar todo. El profesor ya algo extrañado toma el libro que él mismo había escrito, busca su propio problema, y comienza a leerlo y verificarlo con la solución de los alumnos. Pasa un rato y el profesor dice: “No Entiendo.” Aquí quiero detenerme. El mismísimo profesor, que había escrito un libro, que era un as en la matemática, que había ideado él ese mismo problema, que habíale dado solución, aquel mismo profesor se da el lujo de decir: “no entiendo.” Así, sin reticencias, así sin vergüenza, así sin timidez, sin ningún tipo de menospreciación, no se frustró, no se cayó su carrera al piso, no se quiso suicidar. Ese profesor, sin saberlo, les enseñó a esos dos alumnos algo mucho más importante que todo lo que hasta ese momento les había enseñado. Les enseñó a saber, que uno puede equivocarse, que no es pecado estar confundido, o no saber algo. No es una tragedia no dar en el clavo constantemente, y que la principal característica de un buen matemático, o un buen científico, es poder decir sin temor: “No logro entender, esto me supera, tengo que seguir viéndolo, no voy a dejar de estudiarlo.” ¿qué sería de la ciencia y de los científicos si pudieran entenderlo todo? Esencialmente, la ciencia y los científicos no existirían… ya que están aquí para darle entendimiento a lo desconocido. Todo empieza por un no entiendo. Y cuando tenemos problemas para saber algo, no está mal decir: “No entiendo, pero no me rendiré.” Hasta los genios pueden equivocarse, y si ellos se equivocan, ¿por qué no podemos hacerlo nosotros? somos seres humanos, con imperfecciones, como todos, y eso no se quita siendo un gran matemático. Todo lo contrario, las personas listas suelen cometer peores errores, ya que sobre ellas pesan más responsabilidades, y sólo las personas realmente listas, pueden bajar la cabeza y admitir con sinceridad que se han equivocado, y sólo las personas que son verdaderos genios pueden decir eso y luego tratar de enmendar su error, sin mirar atrás, sin echarse a llorar, siempre tratando de hacer el bien. Es esa la principal actitud que tenemos que adoptar si queremos embarcarnos en el conocimiento, es la única cláusula que les haré firmar si se quieren embarcar en este buque. Si alguien no entiende, que lo diga, no tenga vergüenza, entre todos trataremos de entender, si alguien no ha leído a tal autor, que no tenga miedo de decirlo, trataremos de buscar una obra para que lo lea.

Anónimo dijo...

Aquí nadie sabe más que otros, somos personas con riquezas de diversidad, y podemos equivocarnos si queremos. Ser un aventurero del conocimiento no sólo implica saberlo todo, o tener una gran mente, implica también se justo, ser honesto, ser curioso, ser respetuoso, y por sobre todo, permitirse el lujo de decir: “No entiendo, quiero esforzarme más para poder entenderlo.” Si estáis dispuestos a eso, os digo, podemos seguir, podemos continuar. Por eso me gustó la idea de publicar esto, pues es una gran lección. La historia termina en que el profesor estuvo analizando el problema durante tres días, y luego fue al estudio de sus alumnos y les dijo donde estaban cometiendo el error. Estos a su vez supieron reconocer su equivocación, y resolvieron el problema, haciendo su tesis y convirtiéndose en dos grandes matemáticos. Unos de ellos, era, como hacéis bien en suponerlo, Adrián Paenza.
Así pues cerramos oficialmente este problema de pensamiento lateral y podemos pasar a otras cosas. Pero antes de despedirme, quiero agradecer a jengibre, por su colaboración al publicar esto en mi nombre. Ya que como bien sabéis mi antivirus me prohíbe ingresar al salón.
Por lo pronto me despido, y os deseo mucha suerte.
Hasta que el océano del conocimiento vuelva a reunirnos…

Anónimo dijo...

Nícolas, merezco que te rías de mí durante mucho tiempo. He sido una completa descerebrada. Era un problema de lógica y sentido común.
Debo decir que se me han juntado demasiadas cosas estos días. Tu lección ha coincidido con un caso particularmente divertido de la sociedad del misterio (en el que tampoco he brillado demasiado, todo hay que decirlo); y con un periodo especialmente temperamental de mi pc.
Pero tienes razón en una cosa, al decir que no se me dan bien las matemáticas, ya estaba limitando mis posibilidades. Algo parecido a lo que le pasa a Luke Skywalker en El imperio contraataca. El maestro Yoda le pide que saque su caza X, que se había hundido en el pantano. El dice que eso es imposible, que es muy grande. Pero le dice que lo intentaré, y Yoda le dice, " no, hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes..."
Olvidé las palabras de mi maestro jedi favorito, y me paso como a Luke...
Ha sido una gran lección. Gracias Nícolas.