martes, 17 de enero de 2012

Hablando de cine... Sherlock Holmes - Juego de Sombras



He ido al cine.

No, aún no comienza a caerse el mundo a pedazos, por lo que sentaos y que no cunda el pánico. Cuando comiencen a llegar hombrecitos grises yo les aviso.

Supongo que era menester ver esta película, siendo un admirador incondicional de Sherlock Holmes y de Arthur Conan Doyle. Como no vi la primera, creo que mi análisis general estará enfocado sólo en esta película como unidad, no como la secuela de la primera parte.

En general mi valoración es de "aceptable". Es una película que está muy lograda en varios e interesantes aspectos, pero que cuenta con muchos otros que le quitan grandes méritos.

Sin hacer muchos spoilers, la película es básicamente una imaginación de cómo habría sido La aventura del problema final. Para todo buen sherlockiano (hay quienes dicen "holmesiano", y a mí me gusta más, pero sinceramente no me hago una idea de cómo coño pronunciarlo y por eso prefiero la primera), el año mil ochoscientos noventa y uno reviste una gran importancia en la historia del célebre detective inglés (me reservo el dar más detalles). Es en este relato en donde aparece por primera (y última) vez el personaje del profesor James Moriartti, único antagonista intelectual que tuvo Sherlock Holmes en toda su vida.

Siendo sinceros, no creo que Conan Doyle haya puesto demasiado énfasis en la creación de James Moriartti. Hacia el noventa y tres (año en que se publica La aventura del problema final), Conan Doyle estaba harto de escribir sobre Sherlock Holmes, harto de Sherlock Holmes y harto de que todo el mundo conociera más al detective que al creador. Decidió, por lo tanto, ponerle un punto y final a las aventuras del investigador londinense, y lo hizo pensando en un final grandioso, digno del talento y la capacidad que tenía Holmes. Inventó un rival digno de él y una historia de organizaciones criminales como para que la cosa pintara con algo de seriedad. El resto del cuento son paseos por media Europa mientras Sherlock suspira y le dice a Watson cosas como "Mi carrera ha hecho crisis, no me molestaría dedicarme sólo a investigaciones químicas a partir de aquí"...

La película comienza precisamente en este año y trata de hacer un esbozo de esos conflictos que Arthur Conan Doyle sólo mencionó. Un punto muy a favor de los guionistas es la creatividad (le han echado mucha, eso sí que se nota). "Los crímenes de Moriartti" pasan a tener nombre y apellido, son crímenes que se pueden contabilizar y estudiar. Y bien... los escritores le echaron aún más imaginación y trataron de ponerle más conflicto al asunto. En otras palabras, retrasaron como dos años el matrimonio entre Watson y Mari Morstan para que todo esto coincidiera con la eclosión del asunto Moriartti. De acuerdo, una licencia medianamente aceptable y que genera un alegre y divertido contrapunto.

En las historias Holmes es un excéntrico medio lunático y eso es lo que vemos en la película. Un hombre con capacidades intelectuales superiores, con un talento admirable y una ética profesional intachable, pero que tiene ciertos aspectos que lo convierten en un personaje muy carismático. Se muestra el lado de las adicciones de Holmes, algo que está entre bien y mal... Bien porque respeta al original, mal porque Holmes no necesitaba estimulantes cuando estaba en medio de un caso, sólo cuando no tenía material para trabajar (algo que Watson resuelve bastante bien al darle códices medievales para decifrar a forma de sustitución de droga). La escenna con el cachorro de Watson...
... (que muere en marzo de mil ochoscientos ochenta y uno, para más inri)...
... (en realidad nunca se aclara si el perro que Holmes y Watson duermen en el final de Estudio en Escarlata es el perrito que Watson menciona hacia el principio de esa misma novela, pero siguiendo la navaja de Ockahm)...
... ejém... ¿estábamos en la película, recordáis? Como decía, la escena con el perro de Watson es fenomenal, bastante cómica.

Los personajes están muy bien tratados y eso es de agradecer. Watson y Holmes son Watson y Holmes, al menos eso es otro punto aceptable. Los dos mantienen una relación muy estrecha. Holmes es una persona cínica que desdeña lo que no esté en su campo de trabajo y muestra ciertas incompetencias para muchas cosas. Deslices, olvidos, falta de empatía... Watson es quien tiene que soportarlo todo con mucha paciencia (en los relatos era más paciente). Pero ambos se quieren como dos buenos y viejos amigos. La ternura que muestra Holmes por Watson en La aventura de los tres Garridebs se ve en varios momentos de la película. La preocupación que tiene Watson por Holmes en El tres cuartos desaparecido está bien plasmada en varias escenas. Un detalle a tener en cuenta (y creo que los guionistas lo hicieron así para evitar chocar menos a la audiencia), Holmes no fumaba hojas de coca, se inyectaba cocaína pura en solución al siete por ciento. La relación está bien llevada y los guionistas explotaron con mayor profundidad detalles como el casamiento de Watson y las escenas humorísticas que podían desprenderse al mezclar dos personalidades como las de Sherlock y Watson. Conan Doyle no era muy dado al humor, si bien Holmes tenía muestras de un sentido bastante macabro de la comedia.

Microft está bien llevado. Las deducciones que hacen Sherlock y Microft en el club nos remiten de forma directa a La aventura del intérprete griego, cosa que está bien... pero tío, haberle echado un poco de imaginación y explicarlas no habría estado nada mal (eso sí, si la explicación era visual, entonces me retracto de lo dicho). Mari Morstan está bien... aunque lo cierto es que era más tolerante con Holmes en los pocos relatos en que aparece. Holmes quería mantener consigo a Watson, hasta ahí es válido, pero no creo que hubiese cometido la exhageración de infiltrarse en la Luna de Miel de Watson y señora. Antes de que apareciera el doctor (¡en la película dicen su segundo nombre! ¡hurra!), Holmes ya trabajaba solo; cuando Watson partió a los Estados Unidos Holmes siguió trabajando solo; cuando Watson contrajo matrimonio, Holmes trabajó solo. Cuando Watson pedía que Holmes lo acompañara a vacacionar, Holmes se quedaba en Backer Street esperando casos y mandaba a Watson a freír espárragos.

Damas, caballeros... demasiadas escenas de acción. Holmes era esgrimista de palo y espada, sabía artes marciales y fue boxeador profesional (por cierto, ¿alguien sabe si en la película sale con la dentadura completa? debería faltarle el canino izquierdo, si no entiendo mal). Pero las escenas de acción no están justificadas en una película que debe ser, ante todo, la apoteosis del método lógico-deductivo que caracterizó siempre a Sherly (me hizo gracia comprobar que Microft lo tratara así, por lo que me lo quedo). La gran mayoría de las deducciones están bien... algunas están cogidas por los pelos, pero eso es algo muy natural. Las historias policiales de la actualidad las emplean muy seguido y una adaptación de Sherlock Holmes no iba a ser la excepción. Con todo, son medianamente creíbles. Detalle a favor es que Holmes use mucho el olfato para deducir cosas, un sentido que está desprestigiado en el panorama actual, y una reminicencia directa a El sabueso de los Baskerville, La aventura de la caja de cartón, entre otras. Pero el resto de las deducciones abusan demasiado de lo visual (sobre todo en los recuerdos de los eventos que usa para elaborar teorías). No me quejo, es el medio por el cual transmiten la historia y es perfectamente válido.

Entre algunas deducciones y algunos personajes la cosa va bastante bien, por lo que pueden obviarse las escenas de acción y dejar las de humor (ver a Holmes y a Watson bailando debe ser imperdible). Moriartti está bien logrado, muy fiel al personaje original. No sé si Holmes se percató de ello, pero el perfil psicológico que trazó de Moriartti tiene muchas similitudes con su propio carácter (ególatra y poco empático son los más notorios). Que yo recuerde, Moriartti no era boxeador, pero bueno, queda solventado con mostrar el libro que se menciona en El problema final (no recuerdo si es en ese o en El valle del terror). Watson tiene mayor participación en alguna que otra deducción, cosa que es de agradecer (daba miedo que Watson en los casos estuviera con los ojos de una lechuza mirando a todas partes sin entender ni j). Y la misoginia de Holmes queda muy acentuada y remarcada, aunque en algunos aspectos puede dar la impresión de que se las trae de galán (y creo que es esa la imagen que se lleva el público en general).

Y eso es básicamente la película. Cosas buenas en medio de muchas escenas de pelea. Repito, las escenas de pelea no pegan ni con cola en dos personajes que se pasaron diecisiete años persiguiendo criminales... sentados en la cómoda sala de Backer Street.

En conclusión, es una buena película que sólo llega al grado de aceptable. Podría ser mejor, mucho mejor. La película te hace sonreír como niño en Navidad, pero sólo si quieres de verdad a Holmes y a Watson y sabes comprender cómo Holmes puede olvidarse de preparar una despedida de soltero para su mejor (y único) amigo. Pero hasta ahí. Y bueno, el marco histórico, también es salvable por ese lado.

Podéis ir a verla, os doy permiso. Pero si vuelvo a encontrar algún fanfic de cualquiera de estas dos películas, voy y mato a alguien. No miento.

Y ahora repetid conmigo la cantinela de siempre...

... "Elemental, mi querido Watson... nos han robado la tienda".

viernes, 6 de enero de 2012

¿Hein? ¿2012?



Supongo que iba siendo hora de retomar este proyecto, que ha quedado un poco aparcado estos últimos meses. Sí, amigos míos, la primavera es un periodo que el resto del mundo ama pero que a mí me deprime sobre manera y me impide trabajar bien. Para qué negarlo, si todos lo sabemos.

El dos mil once ha quedado atrás, y ahora se queda delante el dos mil doce, un nuevo año lleno de... pues esto que... de días, y de semanas, también. Sin mencionar los meses. Claro.

Se abre un nuevo año lleno de días, semanas y meses, de nuevas aventuras por vivir, de grandes territorios por conquistar, de etapas para cerrar y para iniciar... Queda rogar que el nuevo año sea un poco mejor para todos nosotros.

Creo que es justo que nos vayamos poniendo al día de las novedades, así que, permitid que os haga un breve resumen de los últimos acontecimientos.

Pues septiembre, octubre y noviembre me la pasé de cabeza estudiando y a veces haciendo poco más que divagar. En octubre y en diciembre rendí los parciales de ingreso a la Universidad (¡hurra! ¡promocioné ambos exámenes!). A mediados de diciembre rendí siete de las ocho materias que había planificado (también un lindo récord). Participé activamente en el acto de graduación (tengo un papel rectangular que dice que soy, ejém, "Bachiller en Ciencias Naturales con orientación a la Salud y el Ambiente"). Manda cojones, con que para esto uno viene aquí...

... y el veintidós terminó la masacre de todos los años. El veintitrés comenzaron oficialmente mis vacaciones y bueno... Desde entonces he leído, haciendo un descubrimiento muy grato de Stephen King, de cuentos de Chestertong, de Lovecraft y de Ellery Queen. He estado escribiendo y descansando. Como verán, nada demasiado interesante. He intentado no desbarrancarme por las laderas de la locura, pero joder, hace rato que he caído por allí, así que no importa mucho ahora.

Y bueno, esa ha sido mi vida. Los complejos angustiantes que tenía hacia mediados de año (eso de "Oh Dios mío morituru sum"), por fortuna, no se vieron cumplidos. Al final reduje la carga de cosas para el último semestre y pude respirar más tranquilo. Los conflictos emocionales internos (esos de "¿Habrá alguien más jilipollas que yo?"), al menos de momento, y según creo yo, están más o menos resueltos.

Quizá me esté dejando algo en el tintero (muchas cosas, la verdad). Pero ahora mismo no recuerdo... Estoy componiendo un resumen del dos mil once, pero lo he dejado a medias (¡hurra!). Y básicamente ese ha sido todo el panorama.

El futuro de dos mil once aún es incierto, pero ¿a que es mejor así? Las cosas, mientras menos las planeas, salen mejor y son más divertidas. Y bien, eso mismo. Que encontraré algo para ir publicando y amenizar nuestras veladas por aquí, sólo para mantener vivo el salón del estudio. Tengo muchas ideas, como iniciar un minicursillo de física elemental, y luego... el mundo.

Damas, caballeros, amigos del salón del estudio:
Feliz Año Nuevo.

¡Elen síla lumenn omentielvo!