domingo, 31 de enero de 2010

Genios del humor. José Mota.

Hoy recupero esta vieja sección del año pasado. La dejé aparcada en las fechas navideñas y ya va siendo hora de retomarla. Creo que nada más necesario en los tiempos que corren que un poco de humor.

Mucho he pensado en quién sería el humorista que reabriría la sección. Era un elección difícil. Hay tantos y tan buenos que no me decidía. Por suerte la actualidad me ha echado un cable.
El otro día conocíamos la noticia de que el gobierno quería atrasar la edad de la jubilación a los 67 años, en lugar de los 65 de la actualidad.

Por eso os dejo el siguiente vídeo, del especial de nochevieja 2009 Con el vértigo en los talones, de José Mota (ex-componente del dúo Cruz y Raya)

Muchos quizás penséis que hay humoristas mejores que él, incluso gags de especiales de nochevieja mucho mejores que este (el de la empanadilla de móstoles de Martes y 13, o incluso otros de ese mismo especial). Pero como ya he dicho, la actualidad ha sido quien me ha hecho decidir por éste... y, bueno, y la complicación añadida que supone imitar al genial Freddy Mercury...

Aquí lo tenéis. Disfrutadlo.


jueves, 21 de enero de 2010

Una fiesta muy elemental


Todos los elementos invitados a la fiesta habían acudido: desde el más liviano, el Hidrógeno, hasta uno de los más pesados, el Uranio; elementos célebres como el único metal líquido, el Mercurio, con sus compañeros del mismo estado como el Cesio, Francio, Galio y Bromo; el elemento “probeta”, o primer sintético, el Tecnecio; algunos gases imperceptibles como el Hidrógeno, el Nitrógeno y el Oxígeno, y otros olorosos como el Flúor y el Cloro; el más denso, el Osmio.
Todos lucían muy elegantes, ya que era una buena ocasión para impresionar y así conseguir amistades o parejas.

Los señores como el Flúor y el cloro eran los más activos porque, al contar con 7 electrones en su última capa energética, gozaban de mejores atributos físicos y químicos para llamar la atención y entrar a reaccionar; claro que también hay otros como el cesio, el francio, el rubidio, el potasio y el sodio que
son muy activos y que se dejan conquistar con el primer acercamiento. Sin embargo, como en todas las reuniones, ocurre que se forman grupos aislados, muy apáticos, que no saludan, no le hablan a nadie, no prestan plata, no dan ni la hora; estos son los apodados “Gases nobles” o “inertes” (grupo XVIII de la tabla),
que no se interesan por nadie, puesto que se ufanan de ser autosuficientes por tener todo lo necesario; es decir, se sienten estables energéticamente al tener ocho electrones en su última capa. Son los únicos que desde su nacimiento cumplen con la regla del octeto. Pero… a veces… Al transcurrir la fiesta, se empiezan a notar elementos entusiasmados a reaccionar con otros para unirse o enlazarse, para así formar una familia, que sería una molécula o un agregado atómico. Las uniones se originan como resultado de las interacciones que pueden ser atracciones y repulsiones mutuas entre los electrones. El objetivo del “matrimonio” químico es similar al social; supuestamente se realiza para acompañarse y alcanzar una estructura más estable, o sea, un estado de menor energía. En la búsqueda de la pareja, juega un papel importante la apariencia física, entendida ésta como la parte que el átomo deja ver, es decir, la parte externa… el vestido; pues, en muchos casos, hay atracción y amor a primera vista. El vestido de los átomos son los electrones de valencia o electrones que están en la capa más externa y que van a participar directamente en el enlace.

Aparte de la apariencia física, también cuenta la “personalidad” del elemento. En este caso, la electronegatividad o capacidad que posee un átomo para atraer los electrones del enlace. También se puede decir que, mediante esta propiedad, definimos un elemento como buena, regular o mala “gente”. Porque, si el valor de la electronegatividad es bajo, entonces decimos que el elemento es como una persona positiva que dona sus bienes, o transfiere los electrones en un enlace . Como por ejemplo, los elementos del grupo I y II de la tabla (Alcalinos y Alcalinotérreos): Si la electronegatividad es alta se tiene un elemento negativo que roba o quita electrones del enlace, como los no metálicos. De esta forma, tenemos que el elemento más negativo es el flúor con una electronegatividad de 4.

Al aumentar el calor de la fiesta o su energía, ya se comienza a ver parejas de átomos, las cuales son detectadas por el grupito de gases noble o inertes.
Como éstos no tienen interés en integrarse a la reunión, asumen el papel de mirones, criticones y chismosos. La primera unión o enlace que se ve es la formación de la sal común, donde el cloro, individuo muy hábil, charlatán y negativo, con un bonito traje de 7 electrones, “conquista” al sodio que es
un elemento que queda positivo al entrar en contacto con él ya que le pasa el único electrón de su capa externa para estabilizarse al completar 8 electrones
en el último nivel. Dicha unión se clasifica como enlace iónico o electrovalente; en él existe transferencia de electrones desde un átomo con menor electronegatividad a uno de mayor electronegatividad; el átomo de cloro atrae fuertemente al sodio, formando la sal, y así se forman otras uniones del mismo tipo como: CsF,
NaF, KCl, MgCl2, CaCl2, SrCl2, BaCl2, etc. Como norma general se tiene que el “matrimonio” iónico ocurre cuando los dos átomos “prometidos” tienen una diferencia de electronegatividad mayor a 2.1, ó incluso a 1.7.

Siguiendo los sucesos de la fiesta, se observa que en algunos metales sus átomos se unen entre ellos mismos, formando agregados, en los que cada átomo aporta sus electrones de la capa externa o de valencia formando así iones (+). Dichos electrones actúan también como una nube electrónica que se desplaza por todo el metal para estabilizar el agregado. La nube electrónica permite explicar la alta conductividad eléctrica y calorífica de los metales. Al anterior tipo de unión se le denomina enlace metálico.

Otras parejas que se formaron fueron las de los no metales entre ellos mismos o con otros, por ejemplo O2, N2, CO2, Cl2, H2O. Estos enlaces son parecidos a los matrimonios modernos, donde, por la liberación femenina y la decadencia del machismo, se exige igualdad de condiciones; es por eso que los átomos unidos poseen una electronegatividad semejante, y, por consiguiente, los electrones del enlace van a ser compartidos mutuamente. Este tipo de unión es la covalente, que se puede asociar con una cooperativa donde todos los participantes son favorecidos.

En un matrimonio ideal o perfecto hay comprensión y ayuda, ninguno se recarga o se aventaja; en esta situación habría un enlace covalente no polar. Allí las electronegatividades de los miembros de la pareja son semejantes, por ejemplo en dos elementos iguales como oxígeno con oxígeno. No obstante , en muchos noviazgos y matrimonios, una persona tiende a dominar a la otra, aunque no totalmente; en este caso tendríamos una polarización del mando, por lo que el enlace se llamaría “covalente polar”. En este tipo de enlace un átomo es parcialmente positivo y otro parcialmente negativo, como por ejemplo el
agua , los hidrácidos (HCl, HF, HBR) etc.

Un grupo de elementos se dedicó a tomar licor, acabando con todas las exigencias, por lo que decidieron unirse para conseguir dinero y comprar más trago.
En el grupo de H2SO4, todos dieron su cuota, excepto dos átomos de oxígeno que se hicieron los locos y no colaboraron. Sólo estaban de zánganos que vieron la forma de aprovecharse de los demás. Éste es el caso del enlace covalente coordinado o dativo, donde uno o más átomos comparten sus electrones, pero hay otro(s) que no aportan, sólo están de cuerpo presente para beneficiarse y también para dar estabilidad a la molécula.

La fiesta termina y salen felices con sus conquistas y enlaces; mientras que otros esperarán, ansiosamente, para tener otra oportunidad, con mejor suerte, y poder interactuar o reaccionar y así dejar la soledad.


Leído hace un montón de tiempo (dos años, según recuerdo) en clase de Química. Cuando lo leí pensé: "¡Maravilloso!"; claro, además de reírme un buen rato. Hace unos días que lo estoy buscando por la red, y al fin mi busca ha sido recompensada. Me he vuelto a reír y he pensado: "¿Por qué no...?". Después de todo, la pedagogía del humor es lo más eficaz para aprender y, como ya decimos por estos lares, lo importante es siempre buscar alternativas para lograr el objetivo deseado. Lo mismo ocurre en la educación. Hay muchas rutas, algunas incluso ocultas a nuestras miradas, que debemos saber encontrar con la ayuda de un pensamiento juicioso y reflexivo. La tarea de un buen docente es saber hallar estos métodos alternativos, estas posibilidades de aprendizaje, estos senderos nunca antes transitados, con el fin de mejorar la calidad de la enseñanza y, porqué no, hacer del aprendizaje algo divertido, práctico, didáctico, útil y muy entretenido. Siempre me pregunto porqué es que todo tiene que ser tan gris y serio, cuando al hacerlo con un poco de color se disfruta más, se aprende más, y se llega a más enriquecimientos. Lo anterior es una muestra de como, con esmero y con creatividad, se puede conseguir un material de calidad, que enseña lo mismo que un mamotreto de química, pero que, a diferencia de este, lo hace con un poco de humor. Claro, se podría decir que este texto sería una buena ayuda para terminar una serie de clases de enlaces químicos, como una forma de sentar lo que se ha aprendido. Cabe destacar, además, que lo más curioso es que, después de un tiempo, y después de haber leído el texto, muchos recuerdan aún esas clases y aplican su contenido. Cuando, por ejemplo, en otros temarios de la asignatura están casi en blanco. Esto nos demuestra, claro, que sirve como una forma de internalizar conceptos, hacer propias estas cosas que, a primera vista, parecen abstractas y muy poco prácticas en la vida cotidiana.
Esta entrada, entre otras cosas, abre una nueva sección: química. Como se habrán dado cuenta, no suelo tener un orden regular de secciones, así que dudo mucho que esta sea la excepción. Pero ustedes quédense tranquilos, poco a poco se irán entregando pequeños materiales, nada del otro mundo, pero que serán disparadores de pensamientos y reflexiones (o al menos eso espero).

Nuestro grito de guerra, al estudiar los fascinantes mundos de la química...

«¡Química a la carga!».


¡Elen sila lumenn omentielmpo!


[Nota: Si a alguien se le ocurre un grito de guerra más original (se podría decir que este que he dejado yo es un paralelismo con el grito de Matemáticas) por favor, deje sus sugerencias, serán tenidas en cuenta para evitar caer en la reiteración, reiteración, reiteración, reiteración].

domingo, 10 de enero de 2010

Canciones navideñas. Epílogo.




Sí, se que dije que la entrada de rarezas era la última de esta sección navideña. Pero creo que no estaría realmente completa si no incluyera, a modo de epílogo, una de las mayores sorpresas que me he llevado en la preparación de esta sección. Y creo que no he sido yo la única que ha quedado fascinado por la belleza de las voces de estas chicas. Por eso quiero que ellas cierren la sección de canciones navideñas. Hoy incluiré canciones que no habían sonado todavía, con una excepción, pero la versión merece la pena ser incluída.

Sin mas dilación les dejo con...

CELTIC WOMAN.




Let it snow.





Christmas Pipes.




Have yourself a merry little christmas.




Little drummer boy (el tamborilero)




Away in a manger.


Y con esta bella canción despido, ahora sí, la sección navideña.

viernes, 8 de enero de 2010

El ruido de un trueno, por Ray Bradbury


El sol se detuvo en el cielo.
La niebla que había envuelto la Máquina se desvaneció. Se encontraban en los viejos tiempos, tiempos muy viejos en verdad, tres cazadores y dos jefes de safari con sus metálicos rifles azules en las rodillas.
-Cristo no ha nacido aún -dijo Travis-. Moisés no ha subido a la montaña a hablar con Dios. Las pirámides están todavía en la tierra, esperando. Recuerde que Alejandro, Julio César, Napoleón, Hitler... no han existido.
Los hombres asintieron con movimientos de cabeza.
-Eso -señaló el señor Travis- es la jungla de sesenta millones dos mil cincuenta y cinco años antes del presidente Keith.
Mostró un sendero de metal que se perdía en la vegetación salvaje, sobre pantanos humeantes, entre palmeras y helechos gigantescos.
-Y eso -dijo- es el Sendero, instalado por Safari en el Tiempo para su provecho. Flota a diez centímetros del suelo. No toca ni siquiera una brizna, una flor o un árbol. Es de un metal antigravitatorio. El propósito del Sendero es impedir que toque usted este mundo del pasado de algún modo. No se salga del Sendero. Repito. No se salga de él. ¡Por ningún motivo! Si se cae del Sendero hay una multa. Y no tire contra ningún animal que nosotros no aprobemos.
-¿Por qué? -preguntó Eckels. Estaban en la antigua selva. Unos pájaros lejanos gritaban en el viento, y había un olor de alquitrán y viejo mar salado, hierbas húmedas y flores de color de sangre.
-No queremos cambiar el futuro. Este mundo del pasado no es el nuestro. Al gobierno no le gusta que estemos aquí. Tenemos que dar mucho dinero para conservar nuestras franquicias. Una máquina del tiempo es un asunto delicado. Podemos matar inadvertidamente un animal importante, un pajarito, un coleóptero, aun una flor, destruyendo así un eslabón importante en la evolución de las especies.
-No me parece muy claro -dijo Eckels.
-Muy bien -continuó Travis-, digamos que accidentalmente matamos aquí un ratón. Eso significa destruir las futuras familias de este individuo, ¿entiende?
-Entiendo.
-¡Y todas las familias de las familias de ese individuo! Con sólo un pisotón aniquila usted primero uno, luego una docena, luego mil, un millón, ¡un billón de posibles ratones!
-Bueno, ¿y eso qué? -inquirió Eckels.
-¿Eso qué? -gruñó suavemente Travis-. ¿Qué pasa con los zorros que necesitan esos ratones para sobrevivir? Por falta de diez ratones muere un zorro. Por falta de diez zorros, un león muere de hambre. Por falta de un león, especies enteras de insectos, buitres, infinitos billones de formas de vida son arrojadas al caos y la destrucción. Al final todo se reduce a esto: cincuenta y nueve millones de años más tarde, un hombre de las cavernas, uno de la única docena que hay en todo el mundo, sale a cazar un jabalí o un tigre para alimentarse. Pero usted, amigo, ha aplastado con el pie a todos los tigres de esa zona al haber pisado un ratón. Así que el hombre de las cavernas se muere de hambre. Y el hombre de las cavernas, no lo olvide, no es un hombre que pueda desperdiciarse, ¡no! Es toda una futura nación. De él nacerán diez hijos. De ellos nacerán cien hijos, y así hasta llegar a nuestros días. Destruya usted a este hombre, y destruye usted una raza, un pueblo, toda una historia viviente. Es como asesinar a uno de los nietos de Adán. El pie que ha puesto usted sobre el ratón desencadenará así un terremoto, y sus efectos sacudirán nuestra tierra y nuestros destinos a través del tiempo, hasta sus raíces. Con la muerte de ese hombre de las cavernas, un billón de otros hombres no saldrán nunca de la matriz. Quizás Roma no se alce nunca sobre las siete colinas. Quizá Europa sea para siempre un bosque oscuro, y sólo crezca Asia saludable y prolífica. Pise usted un ratón y aplastará las pirámides. Pise un ratón y dejará su huella, como un abismo en la eternidad. La reina Isabel no nacerá nunca, Washington no cruzará el Delaware, nunca habrá un país llamado Estados Unidos. Tenga cuidado. No se salga del Sendero. ¡Nunca pise afuera!
-Ya veo -dijo Eckels-. Ni siquiera debemos pisar la hierba.
-Correcto. Al aplastar ciertas plantas quizá sólo sumemos factores infinitesimales. Pero un pequeño error aquí se multiplicará en sesenta millones de años hasta alcanzar proporciones extraordinarias. Por supuesto, quizá nuestra teoría esté equivocada. Quizá nosotros no podamos cambiar el tiempo. O tal vez sólo pueda cambiarse de modos muy sutiles. Quizá un ratón muerto aquí provoque un desequilibrio entre los insectos de allá, una desproporción en la población más tarde, una mala cosecha luego, una depresión, hambres colectivas, y, finalmente, un cambio en la conducta social de alejados países. O aun algo mucho más sutil. Quizá sólo un suave aliento, un murmullo, un cabello, polen en el aire, un cambio tan, tan leve que uno podría notarlo sólo mirando de muy cerca. ¿Quién lo sabe? ¿Quién puede decir realmente que lo sabe? No nosotros. Nuestra teoría no es más que una hipótesis. Pero mientras no sepamos con seguridad si nuestros viajes por el tiempo pueden terminar en un gran estruendo o en un imperceptible crujido, tenemos que tener mucho cuidado. Esta máquina, este sendero, nuestros cuerpos y nuestras ropas han sido esterilizados, como usted sabe, antes del viaje. Llevamos estos cascos de oxígeno para no introducir nuestras bacterias en una antigua atmósfera.


Hay una proposición matemática que dice que, cuando se comete un error, por más efímero e ínfimo que sea este, al atravesar una sucesión de pasos, soluciones y despejamientos, este error se magnificará y terminará resultando en errores de inmensa magnitud, garrafales y que, como está claro, de una proporción muy superior a la del primer error. ¿Es esto cierto? Bueno, la triste realidad es que sí es cierto. En realidad, pequeños fallos en los cálculos de un ejercicio combinado, de una ecuación o similar, pueden resultar tremendamente graves a la larga. Una suma mal realizada, un número obviado, un signo mal colocado. Todo lo que no está bien, a la larga se termina volviendo adverso.
Es esta máxima la que utiliza Ray Bradbury en uno de sus mejores cuentos: ’El ruido de un trueno’. Este cuento ha sido adaptado mil y una veces, así que es raro verlo aquí. la idea original fue la del propio Bradbury, y aquí él nos cuenta una historia asombrosa por sus características fantásticas. La ciencia ha evolucionado más de lo previsto, nos hallamos en el año 2055, hemos creado una máquina del tiempo, podemos ir a cualquier era que nosotros queramos. Pero una premisa de advertencia surge en torno a esta máquina: “Si vais al pasado, no debéis alterar nada. La muerte de cualquier planta o animal que no estuviera ya ‘programada’ podría ser fatal”. Una compañía organiza cacerías hacia el jurásico. Su sistema es perfecto e infalible. Sólo pueden cazar los especímenes que se sabe que morirán. Así, por lo menos, no se alterará el rumbo de la vida. Su teoría es que, cualquier espécimen que muera, cualquier cosa que se altere, repercutirá gravemente en el futuro; es decir, su propio presente. Ni una brizna de hierba, ni un mosquito, ni una bacteria. Saben que ellos son ajenos a ese tiempo, saben que no debieran estar allí. Saben que cualquier alteración podría significar la pérdida de toda una especie. Pero sin embargo, ellos siguen allí y siguen corriendo el increíble peligro de alterar todo un mundo.
Esta es la situación que, con gran magnificencia y con una increíble capacidad narrativa, Ray Bradbury nos presenta en su cuento. ¿Qué puede ocurrir? ¿Habrá garantías? ¿Cuántas cosas pueden pasar?
Un excelente cuento, una genial obra de ficción que os recomiendo para matar el rato y echar las células grises a pensar. Más que pensar, tan sólo para perderse, primero, en los fantásticos mundos de la literatura, y luego en los fantásticos recovecos de nuestra mente.
Sinceramente, considero a Ray Bradbury unos de los mejores escritores del siglo XX, y una referente en la literatura de ciencia ficción. ¿Qué más decir? Nada, mis palabras serían sólo un impedimento, un obstáculo, una forma de quitarle espacio a un verdadero genio de las palabras.
Aquí el cuento en su totalidad.

[Nota: La máxima matemática propuesta con anterioridad se denomina “Efecto mariposa”, y podéis encontrar más sobre ella aquí. El efecto mariposa está enmarcado (junto con otras teorías) en la Teoría del Caos].

miércoles, 6 de enero de 2010

Canciones navideñas. Rarezas.

Hoy, día de Reyes, es oficialmente el último día de las navidades (y digo oficialmente porque hay pueblos que dicen que "hasta San Antón pascuas son", lo que alargaría las fiestas hasta el 17 de Enero).

Por eso, y para finalizar esta sección navideña me propongo mostraros las rarezas que he ido encontrando a lo largo de mi exhaustiva búsqueda de canciones. Algunas ya las habéis escuchado, así que nos las repetiré aquí.
He de decir que lo que en principio iban a ser un par de entradas, se han convertido en 11 entradas (12 con esta) y aún así, me dejo fuera un montón de villancicos. Nunca creí que fuera a encontrar tanta cantidad, pero sobretodo, tanta variedad.

Las canciones que propongo hoy son las más curiosas, quizás lo que menos te pensarías en un villancico. Hay villancicos chill-out, heavy metal, algún cameo de algun cantante en una serie de tv, cosas de ese estilo.

Pero creo que mejor será que deje de habar yo y le de paso a lo que realmente importa... ¡¡¡las canciones!!!





Crazy frog y su particularísima versión del Jingle bells.





Christmas del Mar. O Christmas tree.





AC/DC. Mistress for Christmas. Los chicos que seguían la "autopista al infierno" también le cantan a la navidad... ¿los chicos malos también tienen corazón? ¡¡¡¡Pero que bien suenan esas guitarras!!!





Liz Menezes. Christmas in bossa nova. Nada más contradictorio. Esta música y este ritmo nos transportan a la playa de Ipanema, bajo un cocotero y con un combinado en la mano... pero el tema habla de invierno y de nieve...





El cameo que os había prometido... Steven Tyler en Lizzy McGuire... No he podido evitar incluirlo por dos motivos. Primero porque soy una fan de Aerosmith, y segundo, porque Steven Tyler es clavado al Grinch... así que verlo de Papa Noel no deja de tener su gracia.





Celtic woman. Carol of the Bells. El villancico tradicional irlandes.


Y quiero terminar la entrada y la sección con una voz maravillosa. Enya. Con su preciosa canción Journey of the angels, me despido de todos vosotros. Os aseguro que ha sido un placer crear esta sección. Espero que vosotros la hayáis difrutado tanto como yo. Esa era mi intención.


domingo, 3 de enero de 2010

Il Divo. "The power of 4 voices" (1ª parte)




Il Divo, uno de los mayores fenómenos musicales de la década que acaba de terminar.
El grupo está compuesto por:
Carlos Martín.
Urs Bühler.
David Miller y
Sebastien Izambard.

Fuye creado por el productor Simon Cowell tras ver una presentación de los Tres tenores, según una versión. Otra versión es que pensó en hacer un grupo después de ver Los Soprano. Sea cual sea el origen de la idea, lo cierto es que la acertó de pleno. El éxito del grupo fue fulgurante, líderes en ventas desde el primer disco. Un éxito basado en las magníficas voces de los cuatro componentes.

Hoy, os quiero presentar algunas de sus mejores versiones de conocidas canciones navideñas.

1º- The power of love. Escuchad la versión de la canción de los Fankie goes to Hollywood, la canción que abrió esta sección. Es magnífica.





2º- When a child is born. Una preciosa canción, una de mis favoritas.





3º- White Christmas. Una gran versión para una de las mejores canciones navideñas. Un regalo para los oídos.





4º- Rejoice. Una pequeña joya de su Christmas collection.





5º- I believe in you. A duo con Celine Dion.





Si os ha gustdo y os habéis quedado con ganas de más, os informo que habrá otra entrada con algunos de sus mayores éxitos. ¡Estad atentos!

viernes, 1 de enero de 2010

Valses para empezar un año.

Si hay algo realmente tradicional en la navidad europea es El concierto de año nuevo desde Viena.

El concierto se celebra desde 1939 y su repertorio está formado, sobretodo, por composiciones de Johann Strauss (padre e hijo), Josef y Eduard Strauss; incluyendo algunos de los mas bellos y conocidos valses vieneses. Pero lo más tradicional es el final del mismo, con la interpretación de dos piezas emblemáticas el Danubio Azul y para despedirlo la Marcha de Radezsky, con todo el público acompañando con palmas la famosísima pieza.

Algunas de las piezas que no pueden faltar son las siguientes:




El murciélago.




Rosas del Sur.




Tritsch-tratsch Polka.




El Danubio Azul (dirigido por Herbert von Karajan)


Y para finalizar... la Marcha Radetzky (también dirigida por Karajan en el concierto de año nuevo de 1987)



Aconsejo que al escuchar esta última pieza, acompañéis la melodía con palmas... así os sentiréis como en Viena.

Feliz año para todos.