domingo, 29 de agosto de 2010

Un anuncio emocionante.

Tras una larga ausencia sin publicar nada en este Salón, vuelvo al "trabajo". Por suerte, Nicolás no me ha despedido por baja productividad... (es una pequeña broma, ya se que no me despedirías). Y hoy os traigo uno de los anuncios que más me ha gustado y emocionado. Es de una conocida marca de refrescos, una marca que es famosa por la calidad y creatividad de sus anuncios publicitarios. En el que os traigo, el hombre más anciano de España va a visitar a una recién nacida, y le da unos consejos. Fantástico.




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viernes, 27 de agosto de 2010

Ha sido un mes, pero aún así siento que no ha sido suficiente



Damas, caballeros, el momento más temido por un servidor ha llegado. Allá los del hemisferio norte, sobre todos los que tengan que regresar a clases, sabrán a qué me estoy refiriendo...
... en efecto, damas y caballeros, me refiero al fin de las vacaciones. Yo estoy a contrapelo de toda la sociedad del hemisferio sur en general, porque las vacaciones de los universitarios fueron en julio, pero bueno, cada loco con su tema (y sobre todo este loco). Permitidme hacer una breve reflexión antes de entrar al periodo activo del salón del estudio.

Creo que si Albert Einstein ha sabido explicar algo en toda su vida, ese algo es la teoría de la relatividad. Pueden pasar muchas horas mientras tú estás en una grata compañía o haciendo algo que te gusta, y al terminar te has dado cuenta de que te han parecido unos pocos minutos. En otras ocasiones, por el contrario, se da que estás haciendo algo verdaderamente tedioso y que lo haces durante unos pocos minutos; tras terminarlo, te parece que has estado siglos en labor tan indeseable.


Damas y caballeros, amigos del salón del estudio, amo los estudios y amo estudiar, que eso no se ponga en tela de juicio (eso sí, se puede decir que en esto también estoy a contrapelo del mundo en general). El problema comienza cuando tengo la Espada de Damocles de los exámenes sobre la cabeza, el tiempo aprieta, los estudios se intencifican y yo termino hecho un desastre ambulante. En cierto sentido, creo que si me gustara un poquito el deporte o la actividad física, lo mío serían los deportes de alto riesgo y elevada adrennalina, ya que, aunque en el momento me queje, me gusta esa sensación de energía que recorre el cuerpo cuando es menester ponerse a estudiar día y noche (y esto último que sea literal). Como me gusta tanto la adrenalina, y a pesar de que ahora quiera seguir descansando, estoy seguro de que tendría que pasar un par de semanas más para notar la apatía mental y la desgana del aburrimiento... Como Sherlock Holmes, cuando estoy inactivo padezco el sopor de la inactividad, porque mi mente es una máquina que necesita moverse sin control por los remotos y recónditos horizontes del universo, quizás en busca de respuestas o de nuevas preguntas, pero nunca quieta.

Me gusta descansar, y quizás sea por eso que, aplicando la teoría de la relatividad de Einstein, este mes de vacaciones se me haya hecho corto (en realidad también algo monótono, porque he llegado a aburrirme del encierro como lo he dejado claro en anteriores entradas). Y vale, he desperdiciado las vacaciones estando panza arriba, porque no me he puesto al día con ninguna serie (de hecho, creo que si sigo así, Lost tendrá que quedar aparcada hasta marzo del año que viene o incluso quedar inconclusa), no he leído mucho y todo lo que tenía que escribir... hem... para qué seguir. Pero he descansado y he repuesto baterías, que es lo importante, y dentro de todo he sabido mantener ronroneando la mente para que no se durmiera y me costara iniciar la vida educativa.

Y aunque los comienzos sean difíciles, sé dentro de mi corazón que esto me gusta, y sé que llegaré a buen puerto si sigo el camino que yo mismo me he trazado. Así que, aunque el cómodo sitio que he hallado bajo este árbol y al lado de esta tranquila fogata que cobija y protege sean demasiado tentadores, sé que tengo que sacudirme la pereza, guardar mis pocas poseciones que me acompañan en este viaje y comenzar otra vez el cammino con la mochila al hombro. ¿Poético? Sí, pero siempre tengo ese yo lírico que nace en las situaciones menos pensadas.

Como mi actividad intelectual comienza la semana que viene, damas y caballeros, por aquí también comenzarán a arrancar los motores, a ver qué sale después de estos días de inactividad. Como dije en la entrada anterior, la Sociedad del Misterio ha abierto un caso que sigue abierto, así que tenemos para entretenernos, como mínimo, nueve días más. Por aquí veré de publicar algunas curiosidades o problemas que han quedado agendados, a ver qué efecto surten. Eso sí, esperaré a que Fantasmas tenga conexión en su hogar, que Jengibre se adapte a los horarios del trabajo y que Key regrese de sus vacaciones para que el blog cobre vida y no se desperdicien los problemas, así que por el momento todo será un planificar en vistas a mmediados o finales de septiembre. Por el momento, si veo movimiento por estos lares, habrá publicaciones de cuentos y algunas cosas literarias.

Por si fuera poco, esta última parte de mis vacaciones la estoy pasando con catarro y otitis, así que no es muy grato el panorama... pero vamos, es un motivo más para seguir panza arriba y de flojera.

Amigos y amigas, peguemos una palmada, demos un respingo en los sillones y asientos, encendamos más velas y candelabros (también hay lámparas eléctricas en las esquinas del salón principal), cambiemos los filtros del café, barramos un poco por aquí, acomodemos los libros y quitemos el polvo de las estanterías, revisemos los pequeños detalles y comencemos a trabajar otra vez. No he hecho casi nada en estas vacaciones, pero a ver si nos ponemos las pilas para remontar un poco por estos lares.

Quizás comencemos a vernos el primero de septiembre, pero todo depende de cómo siga el caso en la Sociedad y de qué encuentre por allí para organizar entradas. Seguid atentos. Por el momento, el salón va cobrando vida e impulso y nos disponemos a caminar un nuevo sendero tras el pequeño paroncito de un mes.

¡Elen síla lumenn omentielmpo!

domingo, 22 de agosto de 2010

Aún no he muerto



Y aunque muchos ya habían comenzado a descorchar el champagne (lo admito, no tengo ningún enemigo potencial homicida... a excepción del gremio de carteros, el gremio de camioneros, los dentistas, los guías del zoológico... mejor paro aquí), continúo vivito y coleando. La razón por la que no estoy publicando nada es...
... hem... como aprendí en Historia, las razones de un hecho histórico en particular son muchas y muy variadas, y hay que lograr entenderlas en un contexto social y económico determinado para conseguir comprender en cabalidad el hecho en cuestión. El hecho en este caso es la falta de publicación. Las razones son algunas cuantas:


  • Tras varios meses sin poder hacerlo a causa de tener que encontrar eso que en el mundo literario se denomina "voz propia", estoy volviendo a escribir y quiero retornar al género policial con un cuento clásico como los que a mí me gustan. Como dijo Julio Cortázar en una ocasión: "Al intentar buscar la forma más original para contar un cuento he llegado a hacer de la escritura un pasatiempo desagradable". Esto tiene que aplicarse en otro sentido a mi caso. Como hacer cuentos policiales incluye tener que revisar todas las pruebas y evidencias para que todo salga como debe salir (que no se presenten errores, incoherencias, medias verdades, cabos sueltos y demás), tengo que estudiar meticulosamente las pruebas y hacer un orden cronológico inverso. Además de esta parte técnica del relato (que podría resumirse en pensar dos historias e invertir una para comenzar por el final, llegar al nudo y terminar en el principio), debo pensar en los detalles más intrincados de la literatura. Esto, a pesar de que se pueda tomar como un pasatiempo científico, no deja de ser literatura, y la literatura, damas y caballeros, tiene que ser bella. Y la belleza en los cuentos policiales se consigue difícilmente, porque se tiene que crear un secreto para ocultar... pero este secreto tiene que ser digno de ser ocultado. Los personajes, el culpable, el misterio, el juego perfecto de equilibrio entre la luz de la razón y las tinieblas del misterio... todo eso entra en juego, y como se debe trabajar con conceptos opuestos y conjugarlos en una unidad literaria con sentido autónomo, lo cierto es que en ocasiones resulta desgastante escribir estos cuentos y, en cierto sentido, son un desafío, tanto para mi parte analítica y racional (para la parte del científico), como para la parte más poética y literaria (para la parte del escritor a modo de prueba). Es algo que me ayuda a crecer de una forma literaria y también científica, pero sigue resultando en un desgaste mental y en un duro trabajar que no experimento con otros cuentos fuera del género policial y que, por consiguiente, me proponen un reto y nuevas experiencias. En suma, termino algo cansado después de escribir y editar... ¿Entendéis ahora porqué no he publicado en estos últimos tiempos?
  • Estoy enfermo. Pero estoy enfermo lo que se dice maltrecho. A ver. He tenido fiebre, catarro, mucosa nasal, flemas, tos de perro y tos de perro fumador, vómito y, para peores de males, desde ayer tengo el oído tapado. Esto último resulta ser lo más curioso, ¿no os parece? Porque ¿por qué motivo tengo el oído tapado? Esta mañana he probado con cucuruchos ardiendo para ver si es aire y, efectivamente, ha salido una considerable cantidad de aire de allí dentro (y quizás el catarro también sea causante de todo esto). Resta esperar que todo esto se pase lo más pronto posible, porque es un verdadero engorro estar en cama.
  • Modificaciones en el blog. Si los bibliotecarios del salón son, como creo firmemente, personas observadoras y atentas a su alrededor, notarán que el salón está sufriendo, no de forma brusca, pero sí progresivamente, algunos cambios para mejorar su funcionamiento y su diseño. En principio se han agregado los botones para enviar las entradas por Facebook, Twiter y demás redes sociales. Tenemos también el marco de reacciones a modo de prueba, con lo que, si veo que no tiene mucha utilidad o no es muy reconocido, terminaré quitándolo para no ocupar espacio de forma innecesaria en un blog en el que, de por sí, las entradas ya tienen una longitud bastante amplia. Tenemos la eliminación de tres gadgets de la barra lateral, con lo que el blog está respirando de un modo mucho más suelto, y el contenido de esos gadgets (frases y reflexiones sobre diversos temas) se puede encontrar en la página de este salón titulada Reflexiones y sabidurí. Se ha añadido un nuevo gadget en la barra lateral. Como sabéis, el salón cuenta con un marcador que indica la cantidad de coordinadores que organizan charlas, crean entradas y proponen temas; con un gadget en específico para señalar cuántos bibliotecarios se pasan por aquí de vez en cuando para ver las novedades; con otro gadget para contabilizar el número de visitas que ha tenido este blog desde agosto del año pasado, y, más recientemente, una nueva incorporación... el gadget que presenta la cantidad de personas que hay deambulando en el salón al mismo tiempo. No tiene mucha utilidad, pero resulta práctico para saber cuánta gente hay por aquí mientras estoy caminando por el blog y haciendo nuevas entradas.
  • Las modificaciones continúan, damas y caballeros, pero la actividad no se va a detener tan fácilmente en este salón. Si bien las modificaciones llevan su tiempo, se van haciendo de a poco y no influyen en la publicación del blog (es decir, si hasta ahora la publicación del blog era escasa, seguirá siendo escasa). No obstante, las vacaciones tocan a su fin, y es menester ponerse a la tarea de crear nuevos enigmas y seguir adelante en el camino del conocimiento y del saber.
  • En otras noticias, y quizás esto pueda aletargar la publicación, este mismo lunes se abrirá en La Sociedad del Misterio un nuevo caso después de algunos meses de inactividad. Como la Sociedad es un blog abierto a todo el público, yo, al menos, no he visto ningún lugar en donde diga lo contrario, todos los lectores de este blog que se sientan interesados quedan invitados libremente a participar de la investigación del nuevo caso (aún no hay datos, pero sí sé que será el caso nº 00025).


Después de estas explicaciones, con vuestro permiso, a seguir escribiendo y reparando. Y a hacer reposo, por supuesto.

¡Elen síla lumenn omentielmpo!


domingo, 8 de agosto de 2010

Crítica constructiva a un cuento largo... Perdón, a una telenovela



A veces, damas y caballeros, me pasma encontrarme con cosas que se salen de lo común. En ocasiones dicho encuentro me llena de alegría y me divierte por un rato al apreciar la creatividad con que se hacen algunas cosas y deleitarme con ideas frescas y originales; pero en otras ocasiones, directamente, termino asqueado de ver a qué repugnante grado queda reducido el noble arte de crear.

Como bien sabéis, tengo una especie de manía a criticar desde un punto de vista objetivo y frío las cosas que leo, las series o novelas, los programas televisivos, las pocas películas que me llaman la atención (o las que pueda ver, que es distinto). En fin. Un bonito pasatiempo que es divertido practicar y que resulta divertido y didáctico a partes iguales, la crítica y el cuestionamiento sobre diversos temas. En parte, esta conducta se debe a que soy algo curioso, y me gusta indagar hasta el fondo de una cuestión. Por otro lado, tengo una personalidad muy inquisitiva y apreciativa, así que es muy difícil que pueda decir que algo me convence si no me convence del todo. Sí, también soy algo obstinado, pero esto, en cierta medida y bien aplicado, puede resultar hasta útil en algunas circunstancias.

Como soy así de curioso e inquisitivo (además de dedicarme casi de lleno a las ciencias naturales), me gusta mucho analizar y estudiar lo que veo por allí.

El otro día, cuando fui a ver a mi madre por la tarde, la encontré viendo una telenovela brasilera (1) y decidí esperar al corte comercial para hablarle. De paso, y para no tener que hacer dos viajes (soy perezoso, oigan), me quedé a mirar la telenovela con ella durante un rato. Al terminar hubo varios puntos y aspectos que me llemaron la atención. El primero y principal fue, como no podía ser otro, ¿en qué capítulo iban de la telenovela? Menuda fue mi sorpresa cuando la respuesta fue "apenas van dos o tres episodios". Después de eso me puse a analizar la telenovela en cuestión.

Es una especie de historia romántica entre dos culturas distintas, una induísta y la otra brasilera. La historia no viene al caso, lo que me impactó fue el desarrollo de los personajes. Pero digo "me impactó" no en sentido de "oh, que gran desarrollo de las caracterizaciones", sino en plan "¿ese es todo el desarrollo de los personajes?". No me entendáis mal, tampoco me quejo de que tengan muy poco desarrollo... o mejor dicho sí me estoy quejando de eso, pero en otro sentido.

A ver. Van tres episodios de la telenovela; recién comienza; ya se perfilan los buenos y los malos, los que causarán más conflictos, la trama en general, y el más que evidente final. Hombre, ¿y así esperas mantener una audiencia elevada? Pero esperen que ahora viene lo mejor...
... resulta que es la telenovela con más alto Ranking de este horario televisivo compitiendo con tres cadenas de aire.

Mi queja y al grano. Ya sabemos quién es el malo de la película, ya sabemos quién es el bueno. Ya sabemos que hay un personaje (una psicóloga, para peores de males) que conoce a todos los demás y ha vuelto a identificar todos los personajes. Ya sabemos más o menos cuál será el rumbo de la historia en general... en definitiva, ya sabemos o sospechamos cuál es el final de la novela. Bravo. Me permito unas breves reflexiones antes de tirar lo último.


  1. Que nunca en un sano juicio puedes decir de buenas a primeras quién es el malo y quién es el bueno. Como escritor y lector compulsivo puedo asegurar que nadie en su sano juicio puede leer una obra de terror en la que se diga claramente, ya en la primera página, cuál es el peligro que asecha a los personajes, salvo ocasiones muy particulares. Es absurdo que al tercer capítulo, si no lo fue al primero, porque me lo perdí, se digan estas cosas. ¿Dónde diandres queda el factor sorpresa? ¿Dónde está la facultad de sorprender? No. Los personajes son lisos y llanos, planos como las alas de un avión.
  2. El hecho de que los personajes sean planos indica una cosa: que estos personajes no pueden tener mucha profundidad psicológica si pueden perfilarse sus personalidades al tercer capítulo. Vale, que algo el espectador va a intuir, pero no creo que sea prudente ni de cuerdos crear personaje tan fáciles de entender. José María Ricardo Inés de la Cruz es el que... tiene... siente... sus actitudes más comunes son... Ya está. Pasemos al siguiente. ¿Dónde vuelve a quedar el factor sorpresa? En la saga de Harry Potter estuve odiando a Snape durante seis libros y medio hasta que descubrimos la brillante vuelta de tuerca del personaje. ¡Eso sí es profundidad psicológica! Viviendo siempre con un pie de cada lado, sufriendo por el tormento de haber llevado a la muerte a la única persona que lo quiso como amigo, torturándose por haber sido él el responsable de la muerte de su gran amor, en una contradicción permanente por cuidar y proteger al hijo de Lily Potter y odiar la parte de James... En suma, todo una seria entramada de idas y venidas que definen a un personaje con profundidad. Y uno ve a estos y piensa... "qué se habrán fumado los guionistas".
  3. Al quedar trazados y perfilados tan bien las características de personajes tan simples y sencillos, lo único que se puede esperar es que develen parte de la trama. Es decir, como se conocen tan bien los personajes y se sabe que sus patrones de conducta son simples y muy claros (dada a su nulidad en la ambigüedad, el doble sentido y los sentimientos), uno terminará sabiendo cómo responderían en determinadas situaciones y contextos, develando gran parte de la trama de la novela. ¿A quién le produce sorpresa encontrarse con las mismas situaciones? Para remediar este grave problema, los guionistas apelan al ordinario recurso de alargar de forma estúpida toda la telenovela, y de meter tantas subrtramas como les sea posible en las quinientas hojas de la resma a4. Así se suceden y encadenan hechos que hacen que veamos a nuestros protagonistas envueltos en mil y una situaciones conflictivas que los hagan actuar como héroes o villanos, y vivir extravagantes proezas que se recordarán en los últimos capítulos de la serie.
  4. Finalmente, las tantas subtramas y pequeños conflictos que los guionistas escribirán para suplir el profundo vacío existencial de los personajes serán una copia de todas las ya consevidas. "No hay nada nuevo bajo el sol", se dice por allí. Vale, no hay nada nuevo, pero eso no justifica que sean poco originales. ¿Cuántas veces hemos visto ese viejo truco de que la mala de la película finje un embarazo para quedarse con el apuesto galán? ¿Cuántas veces precenciamos los sufrimientos de dos amantes cuando descubren que son en realidad hermanastros? ¿Y cuántas veces no vemos el nuevo sufrimiento de los amantes por haber permanecido alejados por creer que eran hermanastros pero que en realidad esa había sido una mentira de Isabel Aguirre Belmont para que su nieto no se casara con esa "arrabalera" y pudiera lograr una alianza con el industrial que resulta ser el tío del padrino del esposo de la madre de la joven? No, en serio, cuántas veces. Cuántas veces vemos el continuo intercambio de insultos y agresiones de una esposa a su esposo porque no le dijo que no había sacado la basura el día de recolección porque no había podido separar los residuos orgánicos e inorgánicos ya que había estado conviviendo con su otra esposa de la que su esposa de verdad no sabe nada? No, si es que les meten argumentos y subtramas a más no poder, y al final ha pasado un año y medio desde que, no se sabe cómo ni en qué circunstancia, comenzó la novela.
  5. Lo más pasmante de todo eso es que, tras los interminables conflictos con la señora Isa Aguirre Belmont y su numerosa familia ramificada en casi todo Brasil por una serie de conexiones de parentesco más extraña que la de una madriguera de hobbits, los personajes siguen siendo exactamente iguales. Ni un sólo cambio. Ni una sola alteración en su constitución. Finalmente los buenos se casan y viven felices para siempre, mientras los malos
    a) la mala generalmente se vuelve loca, se quema en un incendio viva o se desgarra el vientre.
    b) El malo queda rumeando palabras de venganza mientras lo llevan a la cárcel.
    Y yo pregunto, ¿es normal que después de tantas idas y venidas, tanto traqueteo, tantos giros y giros del dichoso bolígrafo del destino que pertenece a los guionistas, los personajes permanezcan igual que al principio? ¿Es lógico? La experiencia nos demuestra que todas las personas cambian (y más en la ficción) después de un suceso que altera el estadio original de las cosas. Desde las leyendas mitológicos sobre el caos y el cosmos, los titanes y el tifón, Zeus y todo el Olimpo, hasta la novela más extraña de vampiros. En los cuentos el cambio sólo ocurre en el protagonistas (y, si ocurre en un secundario, generalmente el cambio es poco notorio), y hay un cambio en el orden de cosas que rodeaban al personaje principal al inicir el cuento. Eso es una regla escrita y de oro en la literatura.


Sí, en algunos cuentos (gran mayoría) los personajes son sencillos y llanos, no tienen mucha profundidad (aunque sí la tienen, y mucho más que estos personajes de telenovela); pero esto ocurre porque no puedes pretender psicoanalizar a un personaje en un cuento breve que no tiene una longitud considerable. El cuento es acción, principalmente, así que no puedes pasartye todo el cuento describiendo la vida de un único personaje. El personaje se describirá a medida que se enfrente al conflicto principal, y se terminará de describir cuando todo se cierre. El cambio en el principal se notará mucho. El que hacía de héroe arrogante ahora aprenderá el valor de la humildad, o cosas por el estilo; el que hacía de malvado será castigado, etc.
En una novela se tiene más tiempo para profundizar sobre los personajes. Hay muchos más conflictos que deben cerrarse al final de la novela. Hay un cambio, un crecimiento para peor o para mejor, pero siempre hay un cambio.

Pero en las telenovelas...
a) Todo es predecible y ya nada te puede sorprender.
b) Los personajes son llanos como si estuvieran en un cuento largo y ancho como un edificio.
c) Los cambios, salvo contadísimas excepciones, son nulos.

Conclusión: Una telenovela es un cuento muy largo, con la salvedad de que se ve por TV y de que hay mil conflictos englobados en otros mil conflictos.

En otras palabras, hay que ver cómo estas personas degradan el noble arte de crear y ser felices haciéndolo. Ofrecen siempre la misma porquería y no tienen la creatividad suficiente para imaginar nuevos conflictos y nuevos chistes. En el episodio un joven artista le pedía a una bella mujer que posara para él (por favor, eso lo he visto en 1887 con Anton Chejov, sean más creativos).

Y así vamos a ir en retroceso, hasta que las telenovelas degraden por completo todo lo que grandes personas se esforzaron por construir.

[Nota: En otros países como España les dicen "culebrones venezolanos", pero no sé porqué. Todos los países de América latina tienden a hacer sus propias producciones. Las brasileras son las que mejor lo hacen (y visto lo visto, no parecen que las otras producciones sean mejores, pero de vez en cuando se superan); Venezuela suele hacer algunas cosas de vez en cuando; México también hace muchas, Chile también las hace, y Colombia las menos. Lamento decir que Argentina también produce telenovelas, aunque me pregunto cómo es capaz de superarse a sí misma con extraordinarias producciones como "Los simuladores" y Hermanos y Detectives", de Damián Sifrón].