miércoles, 18 de abril de 2012

Mis hipótesis



Cuando voy camino a la cocina tengo que pasar, indefectiblemente, por delante del cuarto de mi hermana menor (que es el típico cuarto de una adolescente, así que figuraos el esfuerzo que hago para no tener que pasar por allí). No podía faltar —al ser (como de seguro recordaréis) el cuarto típico de una adolescente— el hilo musical continuo y chocante de una radio puesta siempre enn la misma emisora radial. Como esta es una adolescente muy, pero que muy adolescente, es la típica emisora populista que todo mundo escucha en toda la provincia y que se caracteriza, básicamente, por emitir siempre las mismas canciones una y otra vez hasta el hartazgo.

Y desde hace un tiempo, oh mis fieles lectores "¿Aún queda alguien ahí?", pongamos como margen temporal unos dos meses y medio a cuatro meses (no sé si antes de Navidad este fenómeno era recurrente), cada vez que paso por ahí escucho el mismo sonsonete estúpido e infantil. Sí, esto.

Sí, lo sé, soy un jodido héroe. ¿O qué? ¿Creéis que no se necesita coraje y valor y todas esas cosas para atravesar ese pasillo y deber oír esa "canción"? Digo yo que al menos un premio alguien tendría que darme, ¿no?

Pero en fin. La vida nunca ha sido justa y yo no haré que la vida cambie de parecer. Así que me puse a reflexionar un poquito. Si esta cosa lleva dando vueltas en el aire desde hace tres meses, quizás un poco más, ¿cómo es posible que siga en el aire? ¿Nadie recuerda eso de "Lo poco agrada y lo mucho empalaga"? ¿Nadie recuerda dónde lo dejamos? Tío... vale. Vale que te guste, que te vuelva loca, que te dé placer oírla. A mí también me gustan cosas que gasto y desgasto hasta que ya no hay ningún matiz nuevo para apreciar. Pero a mí también me gusta la miel y el dulce de leche, pero si trago veinte kilos de la mezcla... sólo digamos que no tardaría mucho en levantar la voz en grito contra las dichosas golosinas.

Pero como al parecer el exceso de esta cosa no ha cannsado, sino que (y esto es lo peor) ha gustado más de lo esperado (tanto es así que hasta los oyentes piden que se pase la pieza... aparte de las veces que los de la radio dictaminen que deba pasarse, quiero decir), he decidido intentar algunas hipótesis breves de porqué está gustando tanto. Vosotros, si queréis, podéis añadir vuestras propias hipótesis. La más plausible se lleva como premio un dado de colores.


  1. La Humanidad está en decadencia:

    • Decadencia en sentido estético: Hemos adquirido gusto y placer por las cosas que de verdad son malas. En una de mis famosas analogías culinarias...
      ... sólo digamos que preferimos un vulgar sandwich de jamón cuando tenemos la posibilidad de comer un suculento manjar.
    • Decadencia emocional. Es posible que, ante una evidente crisis emotiva generalizada y extendida, en una época en que las rupturas emocionales son lo cotidiano, en un hoy que presencia desengaños amorosos como moneda corriente, las personas deben sentirse identificadas con la miseria y la frustración que conyeva un rompimiento. ¿Solución? Que los humanos nos olvidemos de esas tonterías y comencemos a hacer algo útil. Pero claaaro... como la Humanidad tiene cosas más importantes que escuchar mis sabias palabras de... ehm... sabiduría, todo seguirá igual hasta que, dentro de cinco siglos, alguien encuentre estas palabras y diga "¡Este hombre tenía la razón!".

  2. La Humanidad es masoquista: Creo que no hace falta explicar esto... pero el hecho es que si esto te gusta porque te identificas emocionalmente con la letra de la poesía, entonces te gusta seguir sufriendo por amor (y mucho). O si la canción te proporciona repulsa, dolor y... asco, pero aún así sigues escuchándola, entonces te gusta sufrir (y mucho).
  3. No escuchamos en realidad. Sólo hacemos como que oímos las cosas.
  4. Hay mucho odio acumulado en todas las personas. Entonces, al oír la canción, liberan su energía destructiva golpeando un muñeco de trapo, arañando las paredes o rompiendo muebles mientras repite los versos de la canción. Preocupante.
  5. Nos odiamos a nosotros mismos.
  6. La Humanidad usa esta canción para adelgazar. Como dice eso de "Corre, corre, corre, corazón", lo escuchan mientras hacen ejercicio en la cinta de caminar... o lo usan como cebo psicológico. En plan "Si corro más rápido, escaparé de esta porquería".
  7. Finalmente... ¡Raíz de dos es igual a uno!


Y bueno... ahí queda eso. Hace tiempo que no escribía, coño. Postulad vuestras suposiciones, a ver cuál parece más plausible.

Y como dice la canción: Corre, corre, corre, corre...
... corre, corre, corre...
... corre menos dos, corre menos uno. corre finalmente, Forrest.

¡Corre!

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