martes, 15 de enero de 2013

TEORÍA DE LA PUBLICIDAD - Lección nº 001 - No me seáis gilipollas



Tras un largo periodo de ausencia en el que os he tenido muy desatendidos, fieles y constantes lectores de "El salón del estudio" (próximamente en cines), vuelvo dispuesto a encarar un tema de reflexión que se convertirá, como es sana costumbre en esta bitácora, en una lección magistral. Exactamente, eso que nunca hemos hecho. Porque jamás me he pretendido poner en el papel de un maestro que resuelve dudas y conoce arcanos secretos. En absoluto. Pero hoy, por veintiúnica vez en la historia del universo, me proclamo "Abad Sapiente de la Sabiduría Sapiencial". Así como lo habéis leído. Manda cojones. Y la lección comienzaaa... ... ¡ya! He estado alejado del correo electrónico un par de meses, pero el correo electrónico ha seguido funcionando, y esta tarde me he puesto a separar la paja del trigo, como quien dice. Entre las actualizaciones de las redes sociales y los esporádicos mensajes de algunos contactos he percibido una tónica. Una nota dominante. Ah, no, que la tónica no es la dominante... eeen fin. Un patrón que se repite (se ajusta más a la descripción). Eventualmente, cada cierto periodo de tiempo (de variación indefinida), aparecen comentaristas anónimos. Sí, como lo oís, anónimos (si estáis oyendo una voz que dice "anónimos" sin que vosotros leáis en voz alta, ejém, os sugeriría un centro psiquiátrico apropiado, pero no soy quién, claro está). E invariablemente, los autores de estos comentarios (que no le envidian nada a sus creadores, porque son igualmente anónimos :P) siempre escriben con un motivo fijo: venderte algo. Y siempre escriben en un lugar fijo: entradas antiguas que difícilmente sean vistas. Y siempre ocurre en blogs que, al igual que este, tienen una frecuencia de publicación lo que podríamos llamar "laxa" (y véase el mayor eufemismo del mes de enero de dos mil trece... ... ¡coño es dos mil trece y no os felicité el Año Nuevo ni la Navidad!... ... ejém... estaba hablando yo, si no te molesta... ... ... el mayor eufemismo de enero del dos mil trece para decir "bitácoras abandonadas"). Es decir, y recapitulando. Tenemos comentarios dejados por usuarios anónimos. En los comentarios se ofrecen productos, servicios, fantasías por correo y quizás alguna crema hidratante. Creo que esto tenía nombre... ¿spam, no? Estos comentarios generalmente aparecen en un idioma distinto al idioma del blog en el que son dejados. Son colgados (los comentarios) en entradas antiguas; y lo que es peor, en entradas antiguas de blogs con baja frecuencia de publicación. Más allá de que el spam sea un perno y toda la cosa, ¿vosotros también apercibís el fallo fundamental de este mecanismo, verdad? El spam quiere vender algo, hacer que las personas se enteren de la existencia de un producto o un servicio y de una forma para adquirir alguno de los dos (o los dos, o tres incluso, quién lo sabe). Y como ya hemos ido más allá de la cuestión "Spam o no spam"...
    • Si publicas en una entrada antigua la única garantía de que alguien vea lo que has publicado es que ese alguien esté suscrito a los comentarios de esa entrada. Considerando que muchos usuarios de Blogger anulan la suscripción a esos comentarios cuando la entrada ya perdió vigencia o fueron contestados debidamente (si es que se suscribieron a los comentarios), la pregunta evidente ahora es "¿Tú de qué vas?".
        Que si encima de publicar en una entrada antigua, la entrada está en un blog poco frecuentado, tus posibilidades de que alguien vea lo que quieres vender disminuyen sensiblemente. Vamos, hombre, no creerás que el mundo entero entrará al blog más desierto del mundo para ver si alguien está ofreciendo una dotación de Viagra con un descuento del siete por ciento, ¿o sí?
          Que si publicas en un idioma ajeno al del blog... Pues mira, mucha gente sabe varios idiomas, no te lo discuto. Es evidente que el idioma de una bitácora no restringe el público de la misma, pero sí marca una tendencia. Si un ruso sabe español y se cruza con este blog y le interesa practicar el idioma o le parece interesante el contenido del blog (“Perdón: ¿qué?”) es posible que se siente a leer. Pero dudo que si ese ruso se topa por casualidad con este blog se ponga a aprender español para leerlo, y mucho menos para llegar hasta la entrada de hace tres años y ver si alguien está vendiendo pasadores para el cabello a mitad de precio de lo que se vende en la feria de artesanía de su ciudad. Si haces una publicidad lo que quieres es llegar al mayor número de personas posibles, y si quieres publicitarte en un blog de habla hispana, lo más probable es que tu público esté formado, mayoritariamente, aunque no exclusivamente, por personas de habla hispana. No me molesta el spam, en absoluto. Es muy divertido. De verdad. Pero pensé que estos consejos podrían veniros bien. Así que, queridos anónimos publicistas, no me seáis gilipollas y dedicaros a tejer al macramé, que seguro que os queda más bonito. E incluso molesta menos al resto del mundo. Vaya, como que le haríais un bien a la Humanidad y eso. ¿No os gusta la idea? ¡Seríais héroes! ¡Héroes!
  • 1 comentario:

    Crystal dijo...

    Jajaja, completamente de acuerdo. Esos comentarios son muy frustrantes! Desde aquí animo a los spam-anónimos del mundo a lanzarse a los brazos del heroismo desenfrenado, aunque sea con el macramé XD