jueves, 25 de junio de 2009

El problema de las ocho monedas y las dos pesadas.

Os doy la bienvenida nuevamente, a este gran salón del conocimiento. Y ahora volvemos con un clásico del salón, así es damas y caballeros. Con una de las secciones más esperadas del salón del estudio, (al menos por mi y un caballero) ¡Matemática a la carga!
Hoy vengo dispuesto a darle vida a este blog. Pero antes, desearía decir a los posibles nuevos visitantes del salón del estudio, que seguís invitados a participar comentando, compartiendo experiencias, perlas de sabiduría, puntos de vista, y en fin, haciendo más amplio el salón y llenando un poco más la biblioteca retrospectiva. Así que ya sabéis, seguís estando invitados a formar parte del salón del estudio.
Ahora sin más dilación os presento un nuevo problema matemático. Aquí no deben implementar el pensamiento lateral, sino, la lógica y el raciocinio. Es decir: ¿qué haría con lógica para resolver esto? Se trata de un concepto muy sencillo, y a la vez, la práctica de la lógica también lo es. Claro está, es lamentable que no se pueda aplicar siempre en la vida cotidiana, ya que el positivismo científico, y la determinación filosófica son cosas que ya casi no existen hoy por hoy. Pero, a pesar de ello, no está de más aplicar un poco de lógica a nuestras vidas.
El problema que les presentaré a continuación tiene una muy fácil solución, si es que le prestan atención, y un buen rato lo piensan con determinación. Aquí lo que más importa es que ustedes piensen, o sea, que le den vueltas en la cabeza al planteo, para poder encontrarle una solución posible. Como dato de ayuda les diré, que este problema sí tiene solución. Ahora, sólo les queda a ustedes pensarla. El enunciado está sacado de ¿Matemática estás ahí? Número 3, de Adrián Paenza, y como todo lo que este gran caballero de los números hace, es sublime.
He aquí pues, el problema de las ocho monedas y las dos pesadas.
NOTA: en términos científicos, el peso de un cuerpo está determinado por la cantidad de masa de este cuerpo multiplicada por la fuerza de gravedad de la tierra, (algo así como 9,8) y eso nos dará el peso del cuerpo. Pero, vulgarmente, se le suele confundir con cantidad de materia que posee un cuerpo, y este error se ve más claramente en la compra. ¿Péseme dos kilos de pan? Bien, el término pesar está mal usado, debería de ser: Masar, (por favor no se rían) y en el peor de los casos debería decir: “Péseme dos kilogramos fuerza de pan.” Con lo cual, nos seguiría sonando raro. Bien, la gente tiende a confundir cantidad de materia en un cuerpo, con atracción que ejerce la tierra, (u otro cuerpo que produzca un campo gravitatorio) sobre dicho cuerpo. Y para los menos entendidos en esto, la gente suele confundir el dinamómetro con la balanza. Ahora…. Ustedes se estarán preguntando: “¿y para qué diablos este tipo me está contando esto?” bien, yo también haría lo mismo, pero cuando sepan de que va el problema lo entenderán. Como va a ser muchísimo más fácil que nos entendamos como hablamos habitualmente, para este problema se utilizará la expresión: “Pesar, o peso.” Para hacer alusión a saber cual es la cantidad de masa de un cuerpo. Sí, lo sé, el error es grave, y ya está muy arraigado en la costumbre popular, y que yo venga y lo ponga aquí no contribuye mucho a esclarecer la terminología, pero esto lo hago únicamente para que el problema puedan entenderlo todos, y sea más familiar el vocabulario. Otro día, vamos a hablar sobre los errores de terminología en la vida diaria. Pero por lo pronto aquí tenéis el problema.
Cita.
Supongamos que tenemos ocho monedas, que en apariencia son iguales, pero, que una de esas ocho monedas es más pesada, (que tiene más masa) que las otras. Entonces siete monedas idénticas, en peso y apariencia, y una moneda diferente en peso a las demás. queremos saber cuál de esas ocho monedas es la que pesa más, y decidimos que la mejor forma sería ir a la verdulería, (lugar en donde se expenden frutas y verduras, por si el dialecto cambia) cuando vamos a la verdulería y le explicamos al tendero la situación, este de buena gana accede a prestarnos la balanza. La balanza del tendero es de esas antiguas que constan de dos platillos suspendidos en una cruz de metal. El platillo en donde se pone un cuerpo más pesado se va hacia abajo, y el platillo en donde no hay ningún cuerpo, o el cuerpo es más liviano que el otro, se eleva. Y cuando en cada platillo hay la misma cantidad de materia, estos se equilibran perfectamente. El verdulero nos dice que podemos usar la balanza, pero, que sólo podemos efectuar dos pesadas.
Nosotros, como somos tan curiosos, y queremos saber cual de las ocho monedas es la más pesada aceptamos de buen grado, y nos ponemos en frente de la balanza. Y sabemos que:
Tenemos ocho monedas, una de esas es más pesada que las otras, y sólo podemos encontrar la moneda más pesada efectuando dos pesadas en una balanza de platillos.
¿Cuál es la forma en que deberíamos hacerlo?
Final de cita.
El problema se resuelve fácilmente, siempre usando la lógica y la cabeza, no hay juegos de palabras ni nada por el estilo, no hay nada oculto, como la vez anterior. Aquí sólo hay lógica pura, y claro, algo de matemáticas. Recordadlo, debéis pensar bien antes de exponer la solución, y seguid pensando. Aquí lo importante es pensar, con un lápiz y un papel a mano, y unas buenas horas pensando puede que el enigma se solucione. Aquí os adelanto, el problema es, como se diría en mi país, una verdadera pavada. Se puede solucionar con gran facilidad, y es muestra de que el ser humano puede usar lógica para resolver muchas situaciones problemáticas.
Ah… y ya estáis avisados, el problema no se resuelve con golpes bajos, esto es: la solución no es que le vamos a contrariar al verdulero, y lo engañamos para hacer las pesadas que queremos, o cosas por el estilo. Damas, caballeros, lógica.
Bien, esta vez tenéis cinco días para resolver este enunciado, y luego nos tomamos vacaciones hablando sobre los libros de nuestra infancia, y algunos temas de literatura. Para agosto, bueno, para agosto hay sorpresas.
Ya sabéis, cinco días, prohibido leer las respuestas de los demás miembros del salón, y… ¡a pensad!
Hasta que el océano del conocimiento, vuelva a reunirnos…. Mas o menos… en cinco días.

P. S. Como me ha parecido que tenéis demasiado poco, y como estoy algo aburrido, quiero reírme un rato. No a vuestra costa, sino, con vosotros. Y aquí les dejo un pequeño anexo. El cual no es obligatorio contestar, pero sería interesante que lo hicieras para acompañar al conocimiento con un poco de risa y felicidad. ¿Qué os parece? Bien, a mi me gusta la idea, y allí va:
Cita.
Un hombre vive en un edificio de doce pisos. El hombre vive en el piso número 10, y todas las mañanas baja por el ascensor hasta la planta baja y se va a su trabajo. Al volver a su edificio, entra, sube al ascensor, llega hasta el piso número 7, se baja allí, y luego sigue hacia el piso 10 por las escaleras.
Final de cita.
¿Por qué no sube directamente en el ascensor hasta el piso número 10?
Ahora sí, no les limitaré el campo, tienen oportunidad para divagar si lo desean, y quiero ver que sale. Por supuesto, yo tengo la solución, y la publicaré en cinco días junto con la otra, pero hasta entonces, me gustaría ver algunas posibles soluciones de mis lectores.

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