domingo, 21 de febrero de 2010

Todo estaba bien...



Hay momentos de la vida en que nos sentimos inundados de una paz sobrecogedora y extraña, como una sensación de tremendo alivio después de muchos nervios o de muchas expectativas. Es en esos momentos cuando sientes que el equilibrio se ha conseguido, cuando estás notando que hay un principio que hace que todo esté en perfecta armonía y estabilidad cósmica, por decirlo de alguna forma. Mil brazos de fuego se apagan y sólo hay una brisa reconfortante y fresca que alivia el impetuoso espíritu. Caes en un manto profundo, en un colchón de inmensa paz que es infinito e insondable. No sabes ni describir qué es lo que ocurre, pero, a pesar de ello, te encanta sentirlo y deleitarte con el profundo sentimiento de paz que invade.
No es una entrada meditada ni convencional, me he puesto a escribir lo que me está saliendo de una mezcla de un enorme alivio y de la canción que antes he puesto. Obviamente, no voy a convertir este modo de escritura en la nueva forma de hacer entradas, pero me pareció correcto cambiar, al menos por esta vez, el estilo que hemos llevado hasta el momento en el salón del estudio.
El sentimiento de alivio se ha producido por terminar los exámenes, por haber pasado al quinto año de la secundaria, por estar aquí, ahora.
Hace muy pocos días he cerrado un ciclo en mi vida, y ahora tomo conciencia de que el tiempo pasa demasiado rápidamente y de que el ciclo sin fin continúa sin ningún descanso. Hace pocos días me he percatado de que, si ahora he cerrado un ciclo, estoy a muy poco tiempo de cerrar otro mucho más importante. No había caído en la cuenta de que he recorrido el camino de un modo tan rápido hasta este momento. Sí, he disfrutado y he pasado grandes momentos a través de este camino, pero también sé que he tenido que sortear muchas dificultades, hacerme un huequito para poder pasar, esquivar muchos obstáculos y jamás dejar de andar el inmenso y basto camino. Comparando hechos que han marcado muy profundamente mi vida, he tomado conciencia de que ya mucho he andado desde esos entonces. En esos tiempos, jamás me hubiera imaginado estar aquí, tal y como estoy ahora. Parecía todo tan lejano y distinto, todo tan difícil e imposible, que ahora me sorprendo a mí mismo en estas circunstancias. De aquí obtengo muchas cosas para hablar y para decir. Ciertamente, en un post de este blog no lograría plasmar todo lo que he hecho y logrado durante este camino, ni todo lo que he aprendido y ganado. Sí puedo decir algunas cuantas cosas.
Al transitar y recorrer un camino que no ha sido del todo grato, como todos los caminos, he aprendido mucho sobre la vida y sobre mí mismo. He aprendido que soy capaz de lograr más cosas de las que he imaginado conseguir en algún momento de mi vida. He aprendido que lo que cuenta es mirar con los ojos del corazón y del alma, que son los que tienen la verdadera razón. He aprendido que el mayor de los tesoros está siempre en el corazón. He aprendido a escuchar y a aprender de otras experiencias, de otras personas y de otras vidas. He aprendido a reírme de mí mismo y de las cosas que me ocurren, cosa que antes era incapaz de hacer. He aprendido y madurado mucho en todo este tiempo, y la verdad es que me sorprende creerlo.
He encontrado a gente que vale la pena, a amigos que están allí siempre que los he necesitado. A personas que no me han abandonado nunca, aún en los peores momentos que pasé; a gente a la que le importo y con la que he aprendido mucho. Personas que me han dejado un poquito de su corazón y a las que he entregado también un pedacito del mío. He visto cómo otras personas no me abandonaban nunca y siempre estuvieron allí, siempre para darme ánimos en los peores momentos. He visto cómo otras personas me han escuchado y sabido comprender, evitando que me cayera.
He comenzado a comprender que el tiempo sigue corriendo aunque un reloj o un calendario no lo marquen, he comenzado a entender que el camino es infinito y que a la vuelta de la esquina hay una nueva aventura, he comenzado a ver que nunca se sabe de lo que uno es capaz. Tal como Sam le dice a Frodo cuando están en la casa de Elrond: “En esta casa hay muchas vueltas y recovecos. Uno puede perderse por aquí, si usted me entiende. Y a la vuelta de cada corredor hay una nueva sorpresa”. He comprendido que Bilbo tenía razón, y que el camino lleva a muchas partes y a muchos lugares en esta vida, y que si no estoy atento puedo llegar a parar al bosque negro. He aprendido, tal como dice Bilbo, que detrás de la esquina del camino hay una nueva aventura por delante.
He comprendido que los sueños, cuando de verdad se quieren con mucha intensidad, se pueden alcanzar y lograr. He comprendido que, no importa las piedras y los palos en el camino, ni los semáforos o los peajes, lo que importa es estar dispuesto a sortear todo eso para llegar al lugar al que tenemos que llegar.
He comprendido que en este mundo hay lugar aún para los cuentos de Hadas, para los Dragones, para los castillos encantados, los Elfos del bosque, los Duendes y Enanos, para las antiguas fórmulas mágicas que incluyen patas de araña. He aprendido que hay lugar para los sueños, y he buscado un refugio en el mundo fantástico para cuando necesito salir de la realidad y recordar todo esto. He descubierto que en la ficción (cualquier clase de ficción) se esconden más secretos de lo que parece a primera vista, y que siempre es un buen lugar para meterse y pensar sin ser interrumpido. Es como mi pequeña Sala del fuego particular.
Me he visto envuelto en circunstancias que jamás habría creído posibles (luchar contra una Ogresa de Musicografía Braille y tratar de hacerle frente a una tremenda Vampireza de Ecología) y me ha gustado estar inmerso aquí.
He aprendido y ganado muchos de mis propios errores, porque he tratado de rebuscar algo útil en todos ellos. He aprendido a ser un gran revolucionario de mayo y a no callarme ante las injusticias (y así mismo he aprendido cómo lograr desquiciar a medio colegio primario).
Veo mi vida pasada y la presente bajo una luz distinta desde hace ya algunos años, y trato de encontrarle un sentido más allá de las cosas que puedan aparecer a primera vista.
En suma, y para ir redondeando el post que, nuevamente, se ha alargado más de lo que yo esperaba, creo que he aprendido, logrado, ganado, reído, disfrutado, vivido y hecho muchas más cosas de las que me creía capaz en un principio.
Y he cerrado un ciclo. Y estoy en un periodo de transición muy importante (sí, como los anfibios). Y estoy en ese estadio de paz y libertad que ayuda a reponer energías y tomar fuerzas para un nuevo periodo. Y sí, pienso descansar todo lo que pueda antes de volver a comenzar. Y sí, he de comenzar otra vez a andar el camino. El ciclo, aunque yo lo sienta así, aún no termina del todo, es sólo un intervalo. Y pienso continuar el camino siempre con la frente arriba, con la mirada puesta en el futuro, con personas que me darán su apoyo y a las cuales trataré de apoyar, con mucha esperanza por delante. Y es que, como nos dice Bilbo, el camino sigue y sigue, no tiene un límite claro ni definido. El camino no es finito. Siempre seguimos hacia delante, y nunca hay que rendirse. Y el camino continúa, damas y caballeros. Sigue adelante y no se detiene.
El tiempo sigue corriendo, aunque no haya reloj ni calendario.
Y como el tiempo sigue corriendo, hay que seguir aprovechándolo al máximo.
Y el tiempo sigue corriendo, continuando el infinito minutero que no se ve ni se oye. Sólo se siente: sólo se siente en lo más profundo de la vida, en cada latido del corazón, en el pasar de una planta.
Pero antes de seguir el camino, antes de proseguir hacia delante, acompañado de buenos amigos y con un verdadero deseo de no parar, antes de que el tiempo siga corriendo, quiero descansar y disfrutar de este estado de paz que invade cada rincón de la habitación en donde estoy. Quiero disfrutar de unas breves vacaciones para reponer fuerzas (se podría decir que recién ahora comienza mi año nuevo XD) y luego volver a andar. Quiero disfrutar de tres palabras: “Todo estaba bien”. “Todo está bien”. Encierran un profundo significado, aunque no lo aparente a primera vista. Están llenas de una gran profundidad en lo más hondo de su significado. Como dice mi querido Conan Doyle: “He aprendido, a lo largo de mi carrera, que en las cosas más triviales y sencillas se esconden las grandes respuestas”.

¡Elen sila lumenn omentielmpo!


[Nota: Sí, el post me ha quedado bastante extraño. Luego una entrada un poco más convencional en donde ponga algunas anotaciones de interés para el salón en general. Desde ya les adelanto que el salón se vestirá de fiesta muy pronto, a causa de un acontecimiento extraordinario. Más noticias en el post informativo.]

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nicolás, quizás si que te ha quedado un post extraño... pero es el post más bonito que has escrito.

A veces no esta mal eso de dejarse llevar y escribir lo que te dicta el corazón.

Disfruta de tus vacaciones.

Nicolás dijo...

Supongo que me he dejado llevar un poco más en esta ocasión porque casi todos los posts que he hecho son entradas que siguen la línea del salón... Y bueno, creo que decididamente me ha quedado bastante extraño, pero muchas veces lo extraño tiene una peculiaridad que lo hace ser especial.

Y sí, dejarse llevar por el corazón suele ser una buena técnica. La verdad es que lo escribí de forma natural y sin pensar demasiado... Me gustó la experiencia, y la verdad es que estoy tentado de repetirlo más amenudo.

¡Muchas gracias, amiga! Serán cortitas, pero bastarán para poder recargar baterías.

Fiaris dijo...

ginger visitandote ,un saludo

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE


ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CABALLO, LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL Y EL DE CREPUSCULO.

José
ramón...

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

Guau. Guau. Una entrada memorable. Memorable. De verdad.

No sé cómo lo conseguís, pero en este blog siempre encontráis la música perfecta para cada momento. Entre eso y lo que has escrito el resultado es una exclamación de asombro como una casa de grande. Increíble. Increíble. Excepcional. No sé qué decir, porque es sobrecogedor. Guau.

Nicolás dijo...

Fiaris: ¡Bienvenida nuevamente, compañera del gran viaje! Hum... sí, Jengibre es una gran amiga del blog, desde los comienzos de este. ¡Gracias por pasarte por estos lares!

José Ramón Santana Vásquez: ¡Bienvenido al salón del estudio, compañero en el viaje de los conocimientos! Espero, ante todo y sobre todo, que vuestra estadía por esta bitácora sea grata y puedas enriquecerte con todo lo que aquí se diga. Me ha gustado mucho el post poetizado, aunque no sea muy adepto a la saga "Crepúsculo", y aunque no haya leído los otros libros que mencionas. El estilo particular que has empleado (creo que también podría ser considerado como un recurso poético) me ha gustado mucho. Como he dejado caer en un par de ocasiones anteriores, la verdad es que me gusta mucho ese nuevo estilo de poesía, y no me cuadra demasiado la poesía clásica. Lo dicho, muchas gracias por tan bellos versos, y espero verte por aquí en otras ocasiones.

Fantasmas: ¡Muchas gracias! Se te nota bastante impresionado y sobrecogido, así que he notado el efecto que has tenido al leerla. La música... pues la verdad es que la música no sé cómo se nos ocurre en el blog. Esta canción es una de mis preferidas (Más allá del Arco iris) y la versión que hace Israel Kamakawiw'ole es bellísima. Y me alegra saber, además, que te ha parecido un post sobrecogedor. Una vez dije: "Cuando me pones ante un teclado, y me dices que escriba lo que quiera, mejor es que me quiten el teclado". XD Y bueno, supongo que quedará para la posteridad y las generaciones venideras (risas del público). Nuevamente, ¡gracias!