Como viene siendo costumbre en este blog cada febrero, julio y diciembre, retornamos de los exámenes con energías...
... ¿Podemos saltarnos el discurso? Genial.
Damas, caballeros, estamos de regreso en esta nueva temporada de El salón del estudio (próximamente en su cine más temprano), para seguir llenando la vida con abstracciones y curiosidades varias, saltar como locos al ritmo de La flauta mágica y tomar té con masitas en compañía de Mari Shelley y de Edgar Allan Poe en el tejado del Arco del triunfo. Como podéis comprobar de lo anterior, hemos retornado más absurdantes que nunca.
Y la pregunta es, ¿qué vamos a hacer ahora? La respuesta no podía estar más clara...
... Lo mismo que hacemos todas las noches, Pinky: ¡tratar de dominar el mundo!
Ejém... que situación incómoda esta... Ahora sí, hablemos claro. Saliendo del algarábico tono de la introducción anterior a este texto introducitado por la susodicha introducción, volvemos a ponernos serios en la reunión general (abierta al público) del salón del estudio.
Vamos por partes.
¿Los exámenes? Las cuatro materias (iban a ser cinco, pero por motivos particulares que bien podrían resumirse en las entradas de mediados de enero de por aquí), no se pudo dar esta circunstancia) han salido todas bien y aprobadas. ¿En qué situación nos quedamos? En que estoy en sexto y último año de la secundaria, queridos amigos, por lo que podemos bailar de la alegría y cantar al son de las voces unidas y tirarnos tortas de crema batida en el rostro y dejar escapar a los animales del zoológico. Visto está que no podré escribir una frase en serio en este post. Listo, ¡lo hice!
A ver, por dónde seguimos.
Sería un buen momento para seguir con la sección de matemáticas, que es la más regular del blog, aunque quisiera comenzar a introducir pequeños fragmentos de otros libros y de otros temas. Aún no me he puesto a coordinar los movimientos coordinados con los demás coordinadores del salón del estu... hem... del salóndel estudio (estudio coordinado, porsupuesto), para ver cómo seguimos adelante con las secciones y tratamos otros temas.
Me faltó aclarar una cosita... En la parte en que digo "retomar sección de matemáticas" (sí, justo esa), Jengibre toma una armadura élfica y grita "¡Por el Bosque de las Hadas Silvanas!". Hecha esta aclaración indispensable, sigamos adelante.
En líneas generales, me quiero poner al día con los comentarios sobre el blog y los premios que ha recibido (que tengo el recuerdo de que antes eso mismo se habló), así que será cuestión de organizarnos y pedir muchísimas disculpas a vosotros, fieles lectores de este blo, por no haberos podido contestar a tiempo ni haberos respondido con claridad todas vuestras dudas, consultas, anuncios y soluciones. Pero si ay algo que me gusta, es ver en sus jóvenes rostros la pasión por la política que yo tenía cuando joven. Porque son los jóvenes políticos de mañana, los grandes idealistas del hoy...
... huy, este era el discurso de la Kirchner. Lo que me hace pensar, ¡este año tenemos elecciones presidenciales por aquí! ¡Este año tenemos exceso de absurdancia al límite absoluto! ¡Este año tenemos incremento de chistes!
Veré cómo organizamos el mes de marzo, y luego seguiremos como hasta ahora. Improvisando, porque notamos que sale bien. Esto es nuestro, esto es vuestro. Esto es el salón del estudio. Y ha vuelto. (¹).
Y quizá este post no diga mucho, pero dice que seguimos en la sombra, esperando el mejor momento para deslumbrar con nuevas e intrépidas curiosidades y retos. Amigos del salón del estudio, ¡vuelve a comenzar la aventura!
(¹): "Somos estos, somos aquellos. Somos... los hombres de negro". No sé si es de la película o del mito popular, pero ¿a que no suena bien?
3 comentarios:
Qué popurrí de post :) ¡Bienvenido otra vez!
No me engañas. Sé que con esa primera oración lo que quieres decir es "Oh mi Dios este chico está demencialmente chalado y no sé porqué aún nadie lo ha llevado a un psiquiátrico". Dime que no es así, ¿eh, eh? XDDD
Gracias por la bienvenida.
P.S. Y sé que estáis preparando el chaleco de fuerza, vuestras sonrisas amables no convencen a un ser como yo. Yo no soy paranoico. El paranoico cree que todo el mundo conspira contra él, yo lo sé XDDD
P.P.S. ¿Mi lección? A la vida se la afronta con una sonrisa de oreja a oreja.
¡Elen síla lumenn omentielmpo!
No te lo pienso negar, porque tienes toda la razón :D
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