jueves, 17 de marzo de 2011

Han vuelto



Damas, caballeros, aquello que da sentido a este blog (las matemáticas, para que no pensemos que este blog se nutre de paz) (al contrario, este blog fomenta la ansiedad y el estrés) (deberían dejar de leerlo ya mismo)... han retornado. Por favor, que se entiendan los paréntesis como una sutil ironía de las que me gustan a mí.

Siempre me gusta decir algo para comenzar la sección de mates de cada cuatrimestre, pero hoy no tengo nada interesante que comentar y no he leído nada digno de publicarse con esa intención. Sin embargo, algo tendré que poner, ¿no? De lo contrario se me caería la entrada a pedazos, ¿no? Pues veamos...

... Dos y dos son cuatro cuatro y dos son seis...
... Seis y dos son ocho y ocho dieciseis...
... Ocho veinticuatro y ocho treinta y dos...
... Salta la tablita yo ya la salté...

Que el que se lo haya creído hasta aquí que levante la mano. Vamos, ahora bajadla, que lo mismo nadie la veía.

Damas, caballeros, porque amamos el mundo de las matemáticas, las matemáticas han retornado. Porque es nuestra pasión desvelarnos por no poder resolver un enigma, las matemáticas vienen a saciar nuestras ansias de pensar. Porque somos una panda de frikis sin remedio, vuelven las matemáticas para hacernos reír un rato.

Porque alto, ancho y largo es el mundo que se abre a los atentos exploradores, y temeroso va este, con cuidado de que las llaves que le han permitido entrar ahí le sean arrebatadas y su ser sea privado de la maravilla que ahí se esconde. Esto último lo dijo Tolkien sobre los cuentos de hadas, nada es mío. Porque larga es la aventura que nos aguarda al ponernos en marcha (esto ya sí es mío). Porque las matemáticas son inagotables e infinitas. Porque son un mar truculento en el que el viajero gusta perderse para explorar.

Porque abismales son sus aguas y también peligrosas. Porque cuando el marinero se hace a la mar sabe que correrá riesgos, pero le da igual con tal de perseguir sus aventuras. Porque son como las sirenas: son hermosas, pero también peligrosas y seductoras. Porque son como el amor: la plenitud de amar, y los dolores de cabeza que eso conyeva.

Porque es la forma en que el hombre ha decidido crear entes abstractos e ideales puros y perfectos. Y porque el estudio de estos entes ideales nutre al estudio de los entes concretos. Porque resulta francamente asombroso que el hombre haya sido capaz de crear sistemas de entendimiento (o modelos de explicación) que definan la realidad y proporcionen una interpretación tan certera sobre lo que nos rodea, y que para elaborar estos modelos de comprensión de la realidad se base en entes ideales que nutren las teorías existentes.

Porque sabemos que al hombre nos ha sido dado el privilegiado don de conocer aquello que nos rodea y descubrir las pequeñas maquinarias de la naturaleza. Entender los mecanismos ocultos del universo y maravillarnos ante la grandeza y la sutileza de la creación. Porque cada pequeño detalle, un átomo, una estrella o una nube, está maravillosamente diseñado y estructurado, y le ha sido concedido al hombre conocerlo y admirarlo.

Porque hay quien dice que la definición de "búsqueda de la verdad" que tiene la ciencia es abstracta y poco clara, pero es cierto hasta cierto punto. Porque es cierto que la labor del científico hoy en día se ve influenciada por la perniciosa economía y la búsqueda de reconocimiento, de fama o de dinero, y que muchos de los grandes hallazgos científicos son aplicados sin mesura y sin ética alguna. Pero no es menos cierto que la ciencia comenzó su camino por sabios hombres que, antes que nada, supieron entenderse como sencillos y extraviados exploradores ante algo mucho más grande que nunca llegarían a conocer.

Porque la ciencia de verdad, la que practicaron hombres como Lavoisier, como Hooke, como Boile, como Newton, como Copérnico, como Galileo, como Pasteur, como Dalthon, como Abogadro, como Vorg, como Raderfort, como Gram o como Kekulé, era la ciencia de humildad ante la gran sabiduría del cosmos, ante lo inmenso e inexplorado, ante aquello que permanecería siempre velado a toda inteligencia mortal.

Porque como dijo Milone, el conocer mecanismos y funcionamientos del ADN no da respuestas sobre interrogantes mucho más elevadas. Porque, así como es cierto que se incurriría en insensatez el pretender decir que el conocimiento científico es pura y exclusivamente objetivo, no es menos cierto que sería insensato decir que la ciencia puede abarcarlo todo. Puede llegar a un conocimiento amplio y profundo sobre el mundo que la rodea, y esta es una gran empresa y una increíble aventura de por sí.

Porque me aburro y quería traer este sección a la vida. Porque awquí luchamos fieramente por combatir esos retos matemáticos. Porque una aventura, si se queda a medias, deja de ser aventura. Porque es hora de retornar...

... Damas, caballeros, las matemáticas han vuelto.

Estad atentos.

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