jueves, 24 de marzo de 2011

Los rostros perdidos



No será lo mejor que he escrito en toda mi vida, pero es lo menos que puedo escribir para homenajear este día. Fue compuesta el año pasado, por estas mismas fechas, pero ya había acabado el día cuando la terminé, por lo que ha esperado un año entero para ver la luz.

E un humilde homenaje de respeto, no pretende ser una obra literaria brillante. Hubo poetas mucho ejores que yo, y que al hacer esto mismo me superan en demasía. Pero esta es mi forma de llorar con aquellos que hoy lloran.

Para que esto no ocurre otra vez, para que lo poco que pueda restaurarse después del incendio se restaure, para que las pocas lágrimas que pueden ser sosegadas se sosieguen...


En medio de la tempestad de dos fuerzas mayores,
Inocentes fueron muertos y masacrados sin sentido alguno.
Entre el rayo y el trueno,
Entre la lluvia y el viento,
Entre la nieve y el granizo,
Cayeron árboles que crecerían en un bosque.
Y se arrebataron sus vidas,
Y se arrebataron sus rostros.
Y se arrebataron sus vidas,
Y se arrebataron sus rostros.
En medio de una cruel tormenta,
En medio de la lucha por el poder,
En medio de la masacre,
Muchos murieron y perdieron su rostro.
Pequeños retoños antes tenían nombre,
Pero luego se les fueron arrebatados sin piedad.
Bajo buenas imágenes se ocultaron,
Pero arrebataron les sus rostros sin piedad.
Y no se podrán olvidar los llantos,
Las amargas lágrimas de dolor,
De aquellos que hoy sí pueden recordar.
Y no cesarán esas lágrimas,
Pues la herida profunda es y no hay consuelo que cicatrice.
Porque muchas personas hoy se fueron,
Porque muchas otras se perdieron.
Porque se cegaron las vidas,
Se olvidaron los rostros.
Se disfrazó de bondad y buenas intenciones,
Pero el trueno y el rayo destruyeron muchos bosques.
¿Quién puede curar el daño de un niño extraviado?
¿Quién puede recuperar la vida de un hijo o un nieto?
Con crueldad y sin una pizca de humanidad a la vista,
Destruyeron y robaron.
Con crueldad y sin humanidad a la vista,
Robaron y destruyeron.
Robaron los rostros de muchas personas,
Destruyeron las vidas de muchas otras.
Sólo por mantener su pérfida y morbosa vida en lo alto del trono,
Sólo por eso lo hicieron.
Sólo por mantener su sucio y maldito trono en lo alto,
Sólo por eso lo hicieron.
Y esas lágrimas amargas no dejarán de cesar ahora,
No encuentran reposo en las pequeñas cosas.
Y sus lágrimas no cesarán más,
No hasta que encuentren lo que buscan.
Y han dejado una herida enorme:
Árboles sin rostros,
Otros árboles sin vida.
Han dejado una herida enorme:
Árboles sin vida,
Otros árboles sin rostro.
Y en la cúspide de la tormenta,
En ese momento en que estallan los azotes del trueno,
Y producto de la estupidez, la ignorancia, la insensatez, la corrupción del poder y la malignidad de la bebida,
Muchos otros cayeron en batalla.
Y en nuestros territorios se libró una gran batalla,
Y la gran batalla fue perdida.
Pero la pérdida de la batalla no se logrará comparar jamás
Con la pérdida de los perdidos que se perdieron por allá.
Miles de vidas cegadas,
Miles de rostros sin nombre.
Miles de vidas cegadas,
Miles de vidas perdidas.
Miles de vidas cegadas,
Miles de rostros sin vida.
Miles de vidas cegadas,
Por la ambición, el poder y la locura.
Miles de vidas cegadas,
Que aquí no serán restauradas.
Miles de vidas cegadas,
Miles de rostros… perdidos.


24 de marzo,

Día de la memoria por la verdad y la justicia.



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