lunes, 1 de agosto de 2011

Daniel, el seductor - Aria de la ópera La hija de Escipión de Johan Sebastian Mastropiero




La producción operística de Mastropiero sorprende por su notable coherencia. Pese a la diversidad de tantos dramas, comedias, tragedias… al oír un fragmento de cualquier ópera de Mastropiero se reconoce inmediatamente la mano del compositor. Por su estilo, por su fuerza expresiva y, sobre todo, porque la música es siempre la misma. Incluso, en los ensayos de sus últimas óperas reunía a los cantantes y, en vez de partituras, repartía sólo la letra. Por ejemplo se conserva de su ópera “El suplicio de sor Angélica” la letra del aria de soprano “Aléjate de mí, que soy más pura que los ángeles” con la siguiente indicación de puño y letra de Mastropiero: “Cántese con la melodía de mi anterior ópera, “La cortesana de Lamermoor”, aquella que dice “acércate papito que soy más voluble que las aves”. Como escribiera el crítico musical Harold Shönstein. Dice: “Todas las óperas de Mastropiero llevan su sello. El modo que tiene de componer óperas es un verdadero Modus Operandi, como los delincuentes famosos. Mejor dicho como otros delincuentes famosos. Por lo tanto –concluye- no comentaré más sus estrenos, enviaré al cronista de policiales”.



Poco después salió publicada la siguiente crónica de una ópera de Mastropiero. Dice así: “Al levantarse el telón comparece el tenor (sexo masculino, contextura mediana) y dando muestras de encontrarse alcoholizado increpa a la soprano (contextura robusta, sexo indefinido…) y le reclama reanudar su relación. Esta se niega profiriendo alaridos y gritos desaforados, como si cantara, ante lo cual el arriba mencionado, en estado de emoción violenta, extrae de entre sus ropas una pistola calibre 22 y le efectúa a la “supraescripta” un disparo a quemaropa con orificio de entrada en el abdomen y orificio de salida… y orificio de salida. Luego, arrepentido por el ilícito, toma entre sus brazos a la soprano, aproximadamente un tercio de la misma. La damnificada se repone satisfactoriamente de sus heridas y decidida a perdonarlo lo estrecha en un fuerte abrazo. El tenor lanza un estridente Do de pecho, que en “prima facie” sería un pedido de auxilio. La escena finaliza sin tener que lamentar víctimas ni daños materiales”.



Esta escena es, precisamente, la que no vamos a escuchar a continuación, ya que ninguno de los integrantes de Les Luthiers se avino a representar el rol de la soprano. En cambio interpretaremos un fragmento de otra ópera de Mastropiero, pero que lleva la misma música. Es la escena de “Daniel el seductor ante la ventana de Juana María del Sagrado Corazón”, de su ópera “La Hija de Escipión”.


Esta peculiar obra de Mastropiero no tiene toda su fuerza en la parte humorística y poética de la composición (que la tiene), sino en la musicalización de mano del brillante grupo Les Luthiers. Sólo para decir algo antes de dejarlos en presencia de ellos, que lo dicen todo por medio de su actuación, de su ejecución y de su arte de hacer gracia, sólo puedo decir que en esta composición se lucen al límite. La música encuentra mucha inspiración en el alegro mozartiano, en esos cambios de temas y pequeñas variaciones a las que el compositor austríaco ya nos tiene acostumbrados. De verdad, constituye una de las piezas más memorables de Les Luthiers, y sólo podría serlo por la música. Os recomiendo prestéis suma atención a este detalle, porque al menos a mí me ha sacado más de una sonrisa. Y el añadido poético, que les confiere un toque inigualable, hace de este un aria deliciosa y muy prometedora.

Con ustedes, el aria de Daniel, el seductor, de la ópera La hija de Escipión, del compositor Johan Sebastian Mastropiero, con la misma música de sus óperas anteriores...






Si alguien quiere, para poder seguir mejor la parte cantábile de la ópera, puedo subir también las partes de los cinco.

¡Disfrutadlo!


P.S. Si a alguien le interesa, aquí y aquí está el mismo espectáculo, pero creo que el sonido es mejor que el que he insertado más arriba (sucede que no me daba el código de la inserción).

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