domingo, 15 de mayo de 2011

Seguimos en las sombras



Anotación del 15 del mes quinto del año once tras el nuevo milenio.
Hora estimada: 11 minutos después de las 10 posteriores al mediodía.


Bitácora del capitán:

El barco se halla en penumbras en gran medida. La tempestad de días pasados ha dejado sus estropicios en la cubierta y algunas velas están rasgadas. No observo rastoro alguno de la tripulación y trago saliva. Es momento de poner orden en el barco.

El capitán no ha muerto, y mientras siga con vida le dará impulso a este navío. Tendré que desgastarme para reunir a los marineros y al resto de los tripulantes, pero intentaré hacer lo que se pueda. Por el momento envío una única señal a tierra firme: ¡Quiero mi osito de peluche color gris!

Y después de la patética introducción de rigor, comenzamos de nuevo.

Todos estamos enterados ya del triste acontecimiento que me mantuvo alejado de aquí unas semanas, por lo que no vale la pena seguir hablando de eso. Baste saber que, si bien echaré en falta algunos documentos que revestían un secreto máximo, gran parte del material lo he enviado a gente de confianza y lo he guardado en otros sitios, por lo que podrá ser recuperado con un poco de paciencia (aunque la labor es algo tediosa por momentos, todo hay que decirlo). Fuera de eso, también he estado poniendo orden en el PC, organizando cosas y renovando datos, manteniendo ordenado y todo en su lugar y haciendo inventario de qué es lo que falta ahora.

Como leí hace un tiempo de boca (manos) de una amiga de Fantasmas, todo llega a su fin, y todo fin supone un nuevo principio. He tomado todo esto como un reto o una oportunidad de hacer cosas de nuevo y ver si salen mejor o peor, pero como ya digo, prefiero no urgar mucho en la herida.

Ahora bien. Si alguno hace memoria, el veintitrés de este mes es el segundo cumpleaños de este blog, por lo que ahora quiero centrarme en esto. Intentaré dejar cosas para los meses venideros, sino el parón de julio haría muy largo el tirón hasta agosto y la verdad es que no me gustaría tener esto parado más tiempo.

Como se imaginarán, estoy con los exámenes casi en puerta y el estudio consume gran parte de mi tiempo, y sólo yo soy capaz de meterme en un compromiso que no sé cómo diantres llevar a cabo.

Tengo que hacer una monografía (una o dos páginas), porque la profesora de Química del colegio (la que me toma los exámenes, para aclarar) quiere que participe en un concurso organizado por el Instituto Balseiro de Neuquén. Y allá mi recta conciencia (mi mamá) diciéndome que debería aceptar dado que es el último año y que esta profesora ha sido muy amable al invitarme a algunas clases y etc. Estoy trabajando en ella. El tema es "Ciencias duras, ¿por qué no", y debo hacer un análisis de porqué las ciencias duras son poco elegidas por los estudiantes que salen de secundaria. Además debo adjuntar algún medio propagandístico desarrollado por mí mismo (ya sea auditivo, visual o audiovisual) que fomente la elección de una carrera universitaria relacionada con las ciencias duras.

El enfoque que creo que quieren obtener es el factor en relación a lo económico, tecnológico y desarrollativo de una sociedad que pone el énfasis en las ciencias duras (lo digo porque nos pasaron un vídeo, mientras yo volaba de fiebre, en el que se mostraba la vida de un científico argentino que pensaba más o menos esto: "Los países desarrollados lo son por poner mucho dinero en el desarrollo científico. Los países no desarrollados lo siguen siendo por no fomentar las ciencias").

Como ese es el enfoque que se le quiere dar al ensayo en cuestión, yo haré algo que sea diametralmente opuesto, como dicta la sana lógica de mi mundo. Porque recuerden, queridos míos, cada día que pasa el mundo real se va haciendo más tenue para mí... En otras palabras, tengo tantas espectativas de quedar con ese ensayo como de enamorarme, casarme en una Capilla mientras escapo de un criminal que me busca y lograr descubrir la identidad de Jack el destripador. ¿Entendieron el concepto? Genial.

Este es un llamado a formar filas. Los que queden en pie presenten armas y dispongámonos a batallar. Y los que no queden de pie... hem... bueno, ya voy yo para levantaros. Que por algo se es capitán, ¿o no?

Aller. Que es hora de poner en marcha este reloj.

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