martes, 14 de julio de 2009

Por el momento... Un poco más de lógica elemental no vendrá mal.

Bienvenidos nuevamente al salón del estudio, sé que os he tenido un poco abandonados, y es un error por mi parte. Pero creo que todos comprenderán la razón de mi distanciamiento de este el gran blog de los conocimientos cuando veais el siguiente campo semántico: "Estudio secundario, fechas de exámenes, rendir por libre, amar el trabajo duro, deberes intensivos, tener que tener título para que te tomen en cuenta en una sociedad muy difícil... etc." Allí lo tenéis. Yo no asisto a clases, sino, que rindo libre todos mis exámenes, para demostrar que conozco la materia de cabo a rabo. Y no me quejo, me encanta estudiar, aprender nuevas cosas, ampliar fronteras de conocimientos, ser capaz de superarme, tener una mayor cultura general y específica, en fin... Lograr los obetivos fundamentales de la escolarización secundaria. Bien, y eso lleva esfuerzo de mi parte, por eso es que no he publicado nada de la hermosa literatura que os había prometido. Y seguiremos dando explicaciones. Habréis visto que la sabiduría de las generaciones pasadas se ha ido... bien, se ha ido para bien porque al parecer al instalar ese encabezado se configuró mal, (o yo lo configuré mal) (opto por lo segundo) Y me impedía escribir nuevas entradas. Por ende, y por el momento, y hasta que tenga datos de hacer una correcta configuración, nos despedimos de la sabiduría de las generaciones pasadas. Tranquilos, ya buscaremos la forma de volver a ponerla sin que nos privemos de seguir estudiando. Pero me temo que eso tendrá que esperar, por lo menos un tiempo hasta que hayan pasado mis exámenes. Así pues les deseo suerte y pronto nos veremos. Si sale todo bien, y eso es lo que espero, el treinta de agosto nos reencontraremos. Por lo pronto, y para que no se aburran, pueden jugar al Sudoku, que ese no ha traído problemas. Y les dejo un pequeño problema de lógica para ejercitar las neuronas.
había una vez un pastorcito. El pastorcito tenía una oveja, una planta de lechuga, y un lobo. Un día el pastorcito iba caminando con sus bienes, (la oveja, la lechuga, y el lobo) Y de repente se vió en la necesidad de cruzar un río. A la orilla del río había un pequeño bote, que permitía que el pastorcito entrara a él, en compañía de uno de sus bienes. Decidió que cruzaría el río con uno de sus bienes por vez, y lo dejaría en la otra orilla, luego volvería y recogería a otro, y así hasta que el lobo, la oveja, la planta de lechuga, y el pastorcito estuvieran del otro lado del río. Pero cuando iba a hacerlo se dió cuenta de la verdadera dificultad, no podía dejar al lobo con la oveja porque el lobo se la comería. Y no podía dejar a la oveja con la lechuga porque la oveja la comería. Entonces se puso a pensar... ¿Qué hacer? Y decidió llamarnos a nosotros... Como nosotros estamos dispuestos a ayudarles nos pregunta: ¿De qué modo deberíamos llevar los bienes a la otra orilla? O mejor dicho... ¿En qué orden y de que forma? ¿Cómo hacer para que ninguno se coma y que todos lleguen?
Ahora está en sus manos la desición del pastorcito... Yo le podría ayudar, pero el ha pedido que ustedes le ayuden. Y yo no soy quien para contradecir su pedido. Podéis responder a esta pregunta. Ya mismo se abre este ejercicio práctico del salón del estudio. El que quiera, y crea que puede dar una solución, que lo haga. Aquí nadie es más o menos por hacertar o errar, así que ya sabéis... ¡Podéis comenzar a resolver el enigma del pastorcito!

Ah, y ya que puede producirse esta duda... La respuesta no se publicará en un plazo menor a tres días. Esto quiere decir, que si todo sale bien, el Viernes publicaré la solución correcta del planteo, pero si no pudiera el Viernes lo haría un día posterior a este.
Por lo pronto, a pensar, y a ejercitar esas pequeñas células grises. Que nada mejor que disfrutar pensando.
será hasta que el mar de los conocimientos y la sabiduría nos vuelva a reunir.

2 comentarios:

Nicolás dijo...

Allí lo tenéis, sin saberlo, ni siquiera yo, hay un nuevo problema en el aire. Esta semana, a quien lo resuelva le damos cinco kilogramos de helado del sabor que quiera. Y ya sabéis, prohibido copiarle a los compañeros, o ver las respuestas de los otros. Creo que si en Agosto todo se vuelve a la normalidad me plantearé usar la moderación de comentarios. Por lo pronto, allí lo tenéis... a ver como le echan un cable al pastorcito.

Nicolás dijo...

Nos volvemos a encontrar. Ante todo, dejadme que os pida disculpas por haberme demorado un día, yo ya dije que esto podía ocurrir. Así que no se quejen, porque les avisé. Ahora sí, la historia termina en que el pastorcito tomó una desviación con la cual no tenía que cruzar el río, porque nadie le dio un consejo. Ya, está bien, ¿Quieren saber cuál debía ser el método por el cual el pastorcito tenía que cruzar el río y llevare a sus pertenencias? Bien, atentos que es complejo.
Este era un problema en que se necesita aplicar la combinatoriedad... es decir, combinar los factores de distintas formas, y ver cual es el indicado. La combinación que el pastorcito necesitaba usar era la siguiente:
El pastorcito toma la oveja y se la lleva a la otra orilla. Con lo cual, quedan solos el lobo y la planta de lechuga, muy improbable que el lobo se coma a la lechuga. Luego el pastorcito regresa a la orilla original, habiendo dejado anteriormente a la oveja en la otra. Toma la planta de lechuga y se la lleva a la otra orilla. Deja la planta de lechuga y toma otra vez a la oveja. Vuelve a la orilla original y deja a la oveja. Toma al lobo y se lo lleva a la orilla de llegada. Quedan el lobo y la planta de lechuga en la orilla a la que querían llegar todos, y la oveja queda en la primera orilla. El pastorcito vuelve a la orilla original y levanta a la oveja y se la lleva a la orilla de llegada. Entonces, quedaron el pastorcito, la oveja, el lobo, y la planta de lechuga en la orilla a la que querían llegar, nunca, en toda esta madeja de confusiones, la oveja quedó sola con la planta de lechuga, o el lobo con la oveja. Con lo cual, ninguno se comió.
OK, es hora de dar el premio... Como esta vez he sido yo quien ha resuelto el enigma, me corresponden cinco kilos de helado de la mejor calidad, de los sabores que yo elija. Um... elejiré sólo dos, y los otros los elejirán ustedes, así compartimos. Yo opto por chocolate y pistachio. ¿Ustedes?