domingo, 3 de octubre de 2010

Figuras literarias (I): aliteración y calambur


Ya he empezado a rescatar mis apuntes de literatura de bachillerato en busca de curiosidades varias. Y he buscado ahí porque, precisamente, he tenido la suerte de que durante esos dos cursos he tenido una asignatura dedicada exclusivamente al análisis y teoría literarias, además de la asignatura típica de Lengua y literatura, en la que se suele aprender "Pepito escribió esto, esto y esto, pertenece a este movimiento que tiene como rasgos éste, éste y éste" y poco más. Y una de las primeras cosas de las que me he acordado es que mi profesora nos dijo en más de una ocasión que era más fácil acordarse de las distintas figuras literarias con un ejemplito, como quien dice "esto es una epanadiplosis, que es como "verde que te quiero verde". Así que he pensado que podíamos repasar algunas figuras literarias conocidas y no tanto con los ejemplos que se suelen usar para ello.

Pero no os preocupéis, que en mis entradas pienso hablar también de otras cosas. Por ejemplo, de algún libro que haya leído (leo más durante el verano que durante el curso, así que muchas de estas entradas irán "de memoria") y algún otro apunte sobre teoría literaria que sea breve de contar. Y recuerdo que tengo en algún sitio unos cuantos poemas de autores conocidos con anotaciones sobre recursos y significado; si encontrase alguna estrofa curiosa tampoco estaría mal. Ahora no me queda más remedio que ceñirme a lo que tengo. Así que vamos a recordar una figura muy conocida con un ejemplo también muy conocido y otra que no lo es tanto.

La aliteración es la repetición de ciertos sonidos que sirve para producir un efecto musical y un refuerzo del ritmo. En el ejemplo que se suele poner se distingue también una onomatopeya, porque el sonido que se repite imita ruido de lo que describe. Podéis leer la estrofa entera (es la décima) aquí.

"En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba"
Garcilaso de la Vega
Égloga III
Versos 79 y 80

El calambur es un juego de palabras que se produce cuando las sílabas de una o más palabras, agrupadas de otro modo, sugieren un sentido distinto. En la página de la wiki a la que enlazo hay muchos ejemplos, algunos muy curiosos. Aunque se aprovecha más oralmente (como la típica adivinanza de "oro parece, plátano es"), tenemos ejemplos como el que quiero enseñaros, que viene de aquella especie de guerrilla que con sus versos tenían los poetas del Barroco, en este caso Góngora y Lope de Vega (la poesía entera está hacia el final de esta página, consta de una única estrofa):

"Con el pico de mis versos
a este Lopico lo pico"
Luis de Góngora

Y eso es todo por hoy, espero que no hayáis bostezado mucho mientras leíais esto, y ya nos veremos otro día. Un saludo.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias, uno de pronto requiere repasar estos recursos y encontrarse con estos artículos es muy útil! Saludos!

Anónimo dijo...

Bueno, no se si odiarte o darte las gracias...

Me pasé toooooodo el bachillerato odiando la clase de literatura. Bueno, no todo, sólo el segundo curso. Tenía una profesora horrible, que siempre nos hacía buscar tooooodas las figuras poéticas. Yo, que como ya he dicho, odio todas esas cosas, siempre veía aliteraciones. contaba la cantidad de consonantes repetidas y ya está...

Pero tu post está muy bien. Ese verso de Garcilaso lo recordaba de la clase de literatura.

Besitos de jengibre.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

xD es que al final que te guste o no una asignatura depende tanto del profesor... Yo odiaba las matemáticas hasta 3º de ESO, y nunca sentí especial atracción por la literatura hasta 1º Bachillerato. En Bachillerato tuve dos geniales profesoras de literatura: una de una asignatura llamada simplemente así, Literatura, y otra sólo en 2º Bachillerato de Lengua y Literatura españolas. Ahora, mirando atrás, creo que la primera de ellas es la mejor profesora que he tenido nunca, y la segunda era muy buena en el sentido de que nunca te aburrías en sus clases, que eran muy amenas, pero creo que la que consiguió acercarme de verdad a la literatura fue la primera. Eso sí, también hay que decir que el programa de la asignatura Literatura estaba mejor pensado a ese sentido; el otro (el normal, de todo el mundo) era mucho más memorístico.

Andy dijo...

Fantasmas, me pasa igual que Jengibre...yo en las clases de literatura me aburría xD La verdad es que el único que hacía todos los comentarios y buscaba las figuras eras tú y alguien más xD Manolo, a veces se quedaba flipado porque encontrabas más cosas de las que él tenía xDD