... que ni Poe podría desentrañar. De acuerdo, la solución parece ser obvia, pero quizás no lo sea tanto.
Damas, caballeros, el día veinticinco de este mes (ayer), se cumplió el cuarto aniversario de la muerte de Nora Dalmazo. Y es algo que me pone de los nervios. En serio, me llega hasta la coronilla y me exaspera por completo. supongo que se debe a la empatía con los crímenes (o a que soy demasiado fastidioso, se admite cualquiera de las dos explicaciones). Pero el que me conozca aproximadamente bien entenderá cuál es la causa de que yo me encabrone con este tema...
Cuatro años. Cuatro años y ni un mísero avance en este circo mediático. Creo que algún día, si vuelvo a tener esperanzas en el género policial, usaré esta historia y la adaptaré a ficción con mi ya clásico personaje detectivesco y medio payaso (Edgar Poe lo hizo magistralmente, no pueden pedir que yo al menos no lo intente). Y hablando de Edgar Poe... Quisiera dejar aquí una breve cita de un célebre cuento policial de los tres o cuatro que escribió. Es del mismo cuento al que he hecho alusión momentos antes: El misterio de Marie Roget. En resumidas cuentas, hacia la década de mil ochoscientos cuarenta, en la ciudad de Nueva York, según tengo entendido, una joven vendedora de cigarrillos, llamada Mari Rogers, había muerto de forma escandalosa (un hecho que conmovió en gran medida a toda la sociedad y que Edgar Poe aprovechó para sacar partido). Revivió a aquel misterioso personaje de gafas verdes, nocturno en sus hábitos, abstracto en sus razonamientos hasta grados inimaginables, excéntrico y genial, el razonador perfecto que utiliza la rigurosa exactitud de la realidad fantasiosa de la inteligencia para concatenar hechos insignificantes en largas concatenaciones de sucesos maravillosos y extraordinarios. Un personaje que era el reflejo de Poe en la ficción. Poe se veía como amigo de Chevalier Charles Auguste Dupin, y no sólo eso, también era su retrato ficticio de una mente tan aguda, tan increíblemente inteligente y precisa que puede manipular la poesía a su antojo, convirtiéndola en una exaltación de las facultades mentales (en un hecho de inteligencia), dejando de lado la vulgar y desordenada inspiración del corazón poetizo... Un personaje que después se llamaría de muchas formas. Se llamaría Padre Brown, se llamaría sherlock Holmes, se llamaría Hércules Poirot, se llamaría como se han llamado todos ellos... Todos son C. Auguste Dupin, en menor o mayor medida, pero todos son idénticos al brillante razonador. Creo que, saliendo de mi orgullo herido por Jorge Luis Borges, tengo que admitir que Christie o Chesterton son menos fantasiosos que Conan Doyle (pero no nos llevemos a error, para fantasía ya lo tenemos al mismo Dupin). Es que quizás sea más factible hablar de la naturaleza humana en términos humanos y psicológicos en lugar de pretender que los actuantes de un crimen se comporten como máquinas numéricas que actúan siempre de la misma forma. El frío razonamiento es un tanto imaginativo, siempre y cuando atendamos por completo a la realidad prosaica, en tanto que lo anterior se torna una fantasía de la inteligencia).
¿Por dónde iba? ¡Ah! ¡Claro!
Decía. Poe hace renacer a Dupin, el destartalado departamento en el que vivía el aristócrata venido a menos, su compañero de piso, las extrañas investigaciones en libros y comienza a escribir sobre el caso de Rogers, situando la acción a las afueras de París y haciendo que Dupin sea mucho más penetrante que nunca. Y aquí está mi punto: Se podrá criticar mucho a Conan Doyle y a Poe por ser pura fantasía de la inteligencia, ¡pero que alguien venga a decirme que Poe no resolvió el caso Rogers en ese cuento! En efecto, damas y caballeros, Chevalier Charles Auguste Dupin ofrece una respuesta imaginaria en un contexto donde la realidad se manipula a gusto y antojo de Poe, en donde la contradicción de las matemáticas hace reflexionar... ¿hasta qué punto? ¿en qué lugar? ¿cuándo y porqué no?, y esa misma solución que aporta el cuento queda corroborada años más tarde, cuando se resuelve el caso Rogers por completo.
Poe se basa en artículoss periodísticos y un montón de fuentes para que Dupin, quien no abandona ni por un momento sus habitaciones, vaya razonando y descubriendo que lo que dice aquel periodista está sacado de la basura, que lo que dice este otro se termina desmontando, que si la gente va a la Iglesia los domingos a las diez de la mañana, que si esto o aquello... Descarta con un aire soberbio absolutamente todas las hipótesis del vulgo y de la prensa amarillista y termina dando con la solución. Cualquiera podría decir: "Menudo loco con suerte". Pero hay que reconocer (ejém) que los locos siempre dicen la verdad...
Si algún día alcanzara la maestría de Auguste Dupin desearía poder reproducir lo de Nora Dalmazo, pero lo cierto es que limita un factor...
... ¡odio a la policía de todo el mundo! Si algún día asumo, lo primero que haré será a) destituir a la policía (a ver si invertimos mejor el dinero), o b) capacitar al cuerpo entero para que sean verdaderos detectives y no marmotas que no saben resolver un enigma (la gran mayoría, tampoco genneralicemos, que debe haber policías que cumplen sus funciones y quehaceres como corresponde). Pero en serio, ¿nadie se tomó las molestias de revisar las aperturas de la casa? ¿De tomar declaraciones por separado? ¿De siquiera hacer un test de alcoholemia a las meretri... amigas de doña Nora Dalmazo para saber si tenían las facultades suficientes como para saber a qué hora la dejaron sola? Miren que esa segunda precaución (la de entrevistarse con los últimos en verla por separado) la tomó Miss Marple, y ella no tiene ni un doctorado en criminología ni nada... es una investigadora de cuna. ¿Nadie se puso a revisar el escenario del crimen? ¿Botiquines? ¿Medicamentos? ¿Herramientas? ¿Jabones del baño? ¿Las sábanas de la cama en la que apareció muerta y con signos de haber mantenido crudas relaciones sexuales con un hombre?
No, se limitaron a buscar el ADN. Y qué bonito, ¿no? Para algo nos tenía que servir lo que hicieron James Daniel Watson y Francis Crick, ¿no? Para algo debían utilizarse los cincuenta años de estudio del genoma humano, ¿no? No. Porque a pesar de que encontraron una toalla en el cuello de la víctima y que allí encontraron ADN (y que tenían ADN de sobra en el cuerpo de la víctima, vamos), y de que incluso el FBI se encargó de reconstruir por completo el ADN que fue hallado para saber a cuál de los miembros de la familia Dalmazo pertenecía, el crimen queda irresoluto. La causa no está cerrada, pero con la porquería de fiscales que tennemos, es como si lo estuviera.
Muchos señalan los motivos políticos (es un secreto a voces) como la principal causa de que no se haya avanzado en nada, pero ve tú a saber esas cosas. Si con los pocos y tontos datos que han recaudado (como vemos en el caso número 17 de la Sociedad del Misterio, el ADN sólo sirve si se sabe como utilizar), no hayan encontrado al asesino de Dalmazo.
Desearía poder decir más, pero la prensa confundió todo en su momento, aportaron datos insignificantes y que complicaban la investigación y al final todo quedó en espuma. Una de las explicaciones más probables es que todo esté siendo encubierto por corrupción en la localidad de Río Cuarto, pero sigue resultando altamente sospechosos y sólo es una de las tantas posibilidades.
Poe dijo en el caso Roget:
—Apenas necesito decirle —aclaró Dupin al finalizar el examen de mis notas—, que este caso es mucho más intrincado que el de la rue Morgue, del cual difiere en un importante aspecto. Estamos aquí en presencia de un crimen ordinario, por más atroz que sea. No hay nada particularmente excesivo, outré, en sus características. Observará usted que por esta razón se consideró que el misterio era sencillo, cuando, en realidad, y por la misma razón, debía considerárselo muy difícil. Al principio, por ejemplo, no se creyó necesario ofrecer una recompensa. Los agentes de G... fueron capaces de comprender inmediatamente cómo y por qué podía haberse cometido esa atrocidad.. Se representaron imaginariamente un modo —muchos modos— y un móvil —muchos móviles—. Y como no era imposible que cualquiera de tan numerosos modos y móviles pudiera haber sido el verdadero, descontaron que uno de ellos tenía que ser el verdadero. Pero la facilidad con que nacieron tan diversas fantasías y lo plausible de cada una deberían haber indicado las dificultades del caso antes que su facilidad. Ya le he hecho notar que la razón se abre camino por encima del nivel ordinario, si es que ha de encontrar la verdad, y que la verdadera pregunta en casos como éstos no es tanto: «¿Qué ha ocurrido?», sino: « ¿Qué hay en lo ocurrido, que no se parece a nada de lo ocurrido anteriormente?» En las investigaciones en casa de madame L'Espanaye13 los agentes de G.... quedaron confundidos y descorazonados por lo insólito, lo infrecuente del caso que, para un intelecto debidamente ordenado, hubiese significado el más seguro augurio de buen éxito; mientras ese mismo intelecto podría desesperarse ante el carácter ordinario de todas las apariencias en el caso de la muchacha de la perfumería, que para los funcionarios de la prefectura eran signos de un fácil triunfo.
Sin importar las críticas a Poe, lo cierto es que sus escritos son perlas de sabiduría para los investigadores y todo aquel que sienta deleite en aplicar la mente a tan extraordinaria labor. Nos encontramos ante lo que Conan Doyle retomaría tiempo después. Sherlock Holmes enunciaba que en los casos más prosaicos debía esforzarse más que en los grandes y extraordinarios crímenes, y por lo tanto, su capacidad deductiva se ponía en manifiesto. Es lo mismo que enunció Poe en su momento. Ante un crimen vulgar como lo es el robo de una cartera, hay demasiado poco de donde sostenerse, si bien el móvil salta a la vista (¿en serio salta a la vista?), y por lo tanto se torna mucho más difícil de resolver. Conan Doyle vulgariza un poco esto, dándo a entender que Holmes podía hallar deleite en una minucia tan insignificante que no le diera tiempo a Watson de redactar un boceto de la pequeña vagatela debido a su nulo sentido del dramatismo, pero podemos apreciar que no es necesaria que la cosa sea prosaica o sonsa para que sea vulgar. Hay diferencias sustanciales entre lo que es el crimen extraordinario y el crimen complejo, como las hay entre los crímenes vulgares y los crímenes que ni llegan a eso.
Ciertamente, el caso de la habitación cerrada ("The murders of the Rue Morgue", de la que hablamos hace un tiempo en la primera y única entrada de ajedrez, publicada el treinta y uno de diciembre) (eso último sólo puede hablar de que soy tan "vivo" que publico ajedrez cuando todos están a punto de descorchar), como muchos sabemos, es el cuento que dá vida al género... y que inaugura una tradición. Para Dupin, el hecho de ser un crimen extraordinario resulta tornar el problema en algo sencillo (casi como el Estudio en Escarlata o La banda de lunares); ahora bien, en el caso Rogers, en el que todo se da en un salvaje marco natural (ruido de gallinas de fondo) y en el que el desorden, el crimen se torna vulgar, y como dice Dupin, mucho más complejo.
¿Cómo encasillaríamos al caso Dalmazo?
El hecho de ser un crimen dentro de una casa, por sí mismo, no lo torna complejo. Lo tornaría dificultoso, por ejemplo, si la habitación estuviese cerrada por dentro, momento en el cual el caos estaría comprimido en un lugar aislado y aparentemente inaccecible). The murders of the Rue Morgue tratan de un clima descontrolado y desorganizado, pero un caos reducido a una pequeña habitación en la que es dueño y señor. No podemos hablar de un lugar ampliamente extraordinario. A ver. Típica noche de (esto se sabe por las noticias, mal pensados) de relaciones sexuales y un cadáver por la mañana. ¿Aparentemente corriente, verdad? Corriente sí, pero no sencillo. Tiene características que podrían tornarlo extraordinario... Por ejemplo, ¿si su asesino fue su concubino, porqué no quiso dejar huellas al extrangularla y usar una toalla? ¿Quería asesinarla? ¿Por qué lo hizo? Y antes que ninguna otra, ¿fue un asesinato? Si los medios dieran más información, quizás sería interesante encontrar algo que nos ayudara a investigar, pero por el momento todos esos datos se reservan (aunque sí podemos saber todas las medidas de todas las estrellas femeninas de la farándula) *Nicolás vomita*.
No os llevéis a engaño. Es un crimen vulgar, y, por lo tanto, difícil de resolver, pero se torna más difícil (al menos bajo el concepto de colaboración ciudadana) si no se disponen de los datos (y más aún si los pocos datos que se tienen no son de fiar).
Seré sincero. Este asuntillo me escama demasiado. Principalmente porque no puedo ver un enigma sin resolver. Y en segundo término (y esto sí que suena sherlockiano), porque tenemos que descubrir al culpable.
Supongo que he pretendido hacer una entrada centrada en Nora Dalmazo, pero me he ido por la tangente y al final he terminado añadiendo teoría criminal propia y alguna basada y conjugada en la teoría criminal literaria (que, a efectos prácticos, resulta mucho más útil que la concreta). ¿Conclusión? No debo escribir sobre temas que se prestan al razonamiento, a la teoría y a la abstracción cuando tengo el cerebro a tope. Entre otras cosas, y por el tenor de estos razonamientos, ¿a alguien más le parece que puedo ir pidiendo plaza en el manicomio? ¿He mejorado desde la última vez con lo de Drácula?
4 comentarios:
La verdad, no conozco de nada el caso de Nora Dalmazo, pero asumo que será un caso como aquí en España el de Marta del Castillo, o en España y media Europa el de Madeleine, es decir, un asesinato (en el caso de Madeleine secuestro, o desaparición) que dan lugar a muchísima habladuría en los medios de comunicación, y que parece que no se resuelve nunca.
Y bueno, nunca me había planteado si los grandes de la novela de misterio se habían basado alguna vez en hechos reales. Aunque, según la introducción de mi edición del Sabueso de los Baskerville, Conan Doyle se basó en una leyenda. Supongo que es algo normal que se basen en crímenes o leyendas reales, pueden dar muy buenas ideas.
Y bueno, sobre lo del manicomio, yo primero buscaría uno donde se cometa algún crimen, que te lo ibas a pasar genial xDD
En efecto, amigo Fantasmas, es un caso como el de Madeleine (aunque sin conocer el otro, podría ser más parecido a ese y como no lo conozco te digo el que sí conozco para no meter la pata). Veamos.
El veinticinco de noviembre de dos mil seis, se encontró el cadáver de Nora Dalmazo en su casa de barrio residencial privado. Desnudo. Con signos de haber mantenido escabrozas relaciones sexuales durante las últimas horas de su vida. Y con un cinturón de paño, de esos que se usan para anudar las batas de cama o las que se usan para salir del baño, anudado alrededor del cuello. Eso fue lo que trascendió y que coincide en casi todos los medios. Luego un montón de historia que hablaría de Nora con unas amigas en un restaurante de categoría. Con líos con los horarios. Botellas de champagne como regalo de la casa. Luego un viaje grupal hacia la casa de Dalmazo, en la que se estima que habría habido un acompañante masculino que se habría quedado con Dalmazo después de que sus amigas se retiraran... Luego un albañil fue acusado del homicidio. Luego su hijo fue acusado de violación con agravante por incesto y homicidio intencionado (ahí entró el FBI a reconstruir ADN y hasta el momento no se sabe más nada). Es una familia de estas mmodernas, en las que cada quien hace su propia vida, por lo que todo es más confuso. Pero está la regla: No hay que teorizar sin pruebas, si bien es cierto que los testimonios del hijo de Nora Dalmazo son contradictorios y no se corresponden con los que dió su pareja (el muchacho dice ser homosexual, lo que resulta muy conveniente) sobre los horarios de aquella madrugada.
En efecto, el sabueso de los Baskerville es cierto, se inspira en una vieja leyenda de esa región... y creo que también lo hace en la idea del Perro Negro, que sale de un área determinada de Inglaterra y abarca todo el país. La idea de un perro fantasmagórico que augura la muerte debe ser muy inspiradora, la verdad.
Por supuesto, y además tendría comida y estadía gratis XD Pero me has dado a pensar... Si me pongo a bailar en la punta del Obelisco con una bandera que ponga "apoyemos la colaboración ciudadana", ¿crees que llame suficientemente la atennción como para ser atendido en mi reclamo? Y si ese es el caso, ¿qué crees que será más probable, que me inyecten un dardo tranquilizante o que me pregunta amablemente "en qué quiere colaboradora usted"?
Si te pones a bailar así lo más probable es que salgas en las noticias xDDD
Sería una forma tan buena como cualquier otra de hacer oír que es necesario apoyar la colaboración ciudadana, ¿no? Ya me lo imagino...
-¿Podemos saber cuáles son sus motivos?
-Mi móvil manifiesto de que hoy esté bailando en la punta del Obelisco es que la policía debería considerar la colaboración ciudadana.
-¿Y eso qué es? -pregunta el periodista.
-Es el ayudar extraoficialmente a loooooooooooooooooooooooooooooos...
... momentos de tenso silencio ante las cámaras...
... el reportero se pasa una mano sudorosa por el cabello y luego habla con voz entrecortada y ojos como platos...
-Damas y caballeros, sin explicación aparente, parece ser que este hombre... ¡ha sido raptado por extraterrestres! Eso sí, yo mismo doy fe de que los extraterrestres salieron de dentro de la tierra y comenzaron a atraer por medio de un campo magnético al hombre que no sabíamos ni porqué estaba aquí.
-Algo de la colaboración no me acuerdo -dice un ayudante de cámara.
-En fin. Sabemos que el hombre no pudo llegar al seno oculto de la población extraterrestre (el portal que comunicaba con ellos en el centro de la tierra se ha cerrado instantes antes de que el hombre lo atravesara); porque podemos enfocar cómo yace tristemente su cuerpo inherte en el pavimento...
-Pero yo vi que una luz verde lo atraía hacia lo alto del cielo nocturno -replica alguien con más sentido común.
-¿Ah, sí? Entonces, ¿cómo explicas que esté tirado allí abajo?
-Porque a los marcianos se les acabaron las baterías para seguir subiéndolo... Por cierto, ¿qué defendía este tío?
Seguro que termina en eso, ya lo verás.
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