miércoles, 5 de enero de 2011

Estos fueron los comienzos



Quien más quien menos, sobre todo los que han tenido la espantosa experiencia de hablar conmigo, sabrán que soy un adicto al género policial. Creo que conviene aclarar que entré a esto de los blogs a través de la Sociedad del Misterio (un blog en el que, como su nombre lo indica, lo que se hace es resolver misterios). Creo que esto debería resumir bastante bien el hecho de ser una persona muy aficionada a esto, ¿no?

En efecto, lo resume, pero los que me conocéis un poco sabéis que no me gusta quedarme con el fin de las cosas. Siempre hay un origen y una razón de ser a las cosas. Batman es Batman porque vio cómo asesinaron a sus padres y porque hizo un juramento sobre su tumba (la de sus padres). Spiderman es Spiderman porque el tío Ben le enseñó que los grandes poderes venían con grandes responsabilidades (todo el mundo cree que Spiderman es Spiderman sólo porque lo picó una araña, graso error). Challenger es Challenger por ser una persona increíblemente extraña que fue rechazada por la sociedad. El vengador de Brian Garfield es el vengador de Brian Garfield porque unos maleantes costarricenses asesinaron a su esposa y dejaron en el manicomio a su hija. Sherlock Holmes es Sherlock Holmes porque tenía un cerebro tan increíblemente lúcido que dijo "para perder el tiempo con la química, mejor me dedico a resolver crímenes". Todo tiene un origen. Aún lo más friki puede tener un origen. Extravagante, pero un origen friki al fin y al cabo.

Damas, caballeros, hace mucho tiempo venía haciéndome una pregunta que me inquietaba. ¿Cómo nacen los bebés? Hem... no, era otra pregunta. "¿Cómo me convertí en el fan policíaco que soy hoy?". Y creo que no encontré la respuesta.

¿Monk? No, había habido algo antes.

¿Policía forense? No, había algo más.

¿Una novela de Sherlock Holmes en inglés? No, antes tenía un nuevo interés...

¿Hermanos y detectives? No, estaba seguro de que había algo... no sabía el qué.

¿Simuladores? Estaba cerca, pero no había sido el primer chispazo.

Recordé que un mentor de este género (el fundador de la Sociedad del Misterio) me había dicho en una ocasión que su intrusión en este mundillo eran unos libros en los que proponían una escena de cualquier cosa con una descripción. La trampa estaba en que algo no coincidía entre la ilustración y el texto, lo que lo preparaba para aguzar la mente. Era algo así como jugar a las siete diferencias, pero con un toque un poco más estructurado y formativo.

¿Las pistas de Blue? No, demasiado infantil.

¿House? No, sólo había visto un par de episodios y no me había gustado mucho.

Nunca habí visto CSI... en dónde estaban mis orígenes.

¿Cluedo? Nunca había jugado.

Hace muy poco tiempo, damas y caballeros, un servidor acaba de encontrar la pieza clave que resume la historia de una afición al género que no tiene parangón (el origen, hay mucho mejores aficionados que yo). En el lugar menos pensado, ahí estaba el origen. En aquel dibujo animado del que sólo se esperarían algunas enseñanzas y un par de lagrimones en ciertas ocasiones. De un animador emparentado, en mayor o menor medida, con el grandioso creador de la célebre seria de animación Los Simpson (el cuñado de Matt Groening, tengo entendido). Una caricatura que comenzó siendo un sencillo cómic, que luego sería adaptado a la televisión y que me traería mi primer contacto del tercer tipo con el género policial...

... ¡Oye, Arnold! es una serie animada de mediados de los noventa que no recuerdo hasta cuándo duró. Sí sé que se hicieron algunos largometrajes para televisión y creo que se editaron algunos VHS (Dios mío, qué lejanos quedan esos tiempos de las videocaseteras), pero eso no viene a cuento. La serie iba sobre un niño de nueve años que vivía en una típica ciudad estadounidense (y digo "típic" porque nunca quedó claro en qué ciudad vivía ni si el lugar era multidimensional). Ahora mismo no recuerdo muy bien sobre qué versaba principalmente la serie, pero sí puedo decir que derrochaba alegremente las tardes mirando las caricaturas de ¡Oye, Arnold!". Y que la pasaba fenomenal viéndolas. Eran dibujos sanos, que podíamos ver en familia y con los cuales podíamos reírnos sin apelar a la agresión o al insulto por el insulto, como ocurre con Sout Park. De acuerdo, tiene muchos elementos tomados de Los Simpson, pero están bastante bien aplicados al mundo ficticio de ese muchachito de nueve años. Haciendo memoria, recuerdo que la serie trataba gran variedad de temas. Desde leyendas urbanas inventadas a problemas de adicción de chocolate. Era tierna en cierto sentido. Creo que si algo recuerdo es uno de los capítulos de la serie. Creo que el tema trataba sobre la leyenda urbana del Hombre Paloma. Según la historia ficticia, era un hombre que vivía con sus palomas en el techo de un edificio abandonado tras un terrible incendio. Un hombre que nadie había visto en persona, pero que en general era considerado a) un loco, b) un loco peligroso. Creo que una de las palomas mensajeras del protagonistas —de más está decir que por algo la serie se llamaba "¡Oye, Arnold!" y que el protagonista era el niño de nueve años con ese nombre— enfermaba y el muchacho la llevaba con el Hombre Paloma. Recuerdo que descubríamos a una persona solitaria, soñadora e idealista que quería vivir en paz con sus amigas aves, una persona que amaba a los animales desde que había estudiado sobre ellos en la primaria. El episodio finalizaba con el Hombre Paloma encontrando su refugio destruido por unos pandilleros que no tenían nada mejor que hacer. Al final, el Hombre Paloma decía algo que se me ha quedado grabado muy en lo profundo: "La gente, Arnold... La gente hace estas cosas porque no comprende, porque es mala. Quizás yo ya no tenga que estar aquí. Mi misión no es la gente, aunque hoy he comprendido que hay otro tipo de personas. Mi misión es cuidar a todas las palomas desamparadas del mundo. En donde haya alguna que tenga el pico roto y no pueda comer, en donde haya una parvada indefensa o en donde haya alguna paloma que no pueda volar, ahí estaré yo. Espero que a donde vaya encuentre a alguien como tú, Arnold"... Recuerdo que el episodio finaliza con el Hombre Paloma volando con sus palomas (creo que lo hacían elevar todas las palomas del refugio con unos hilos que salían de su gabardina), mientras le dice al muchacho algo como "Recuerda, lava bien las bayas antes de comerlas, y vuela siempre hacia el sol"...

Quien me conozca medianamente bien sabrá, además, que puedo hacer el chiste fácil de "¿no lo véis? Mi primer contacto con el mundo policial fue esa gabardina". Pero no. Había algo más. Este niño, creo que porque sus padres se habían perdido en la selva, vivía con sus abuelos en una pensión. Digamos que sus abuelos... eran personas increíblemente extrañas. Sobre todo su abuela. Sobre todo la abuela. Pero el anciano no se quedaba atrás. Recuerdo que en uno de los últimos episodios —la animación era mejor, y eso es signo de que las series van avanzando, sólo basta comparar los trazos de las primeras temporadas de Los Simpson con los de las últimas— el abuelo llevaba un auto a una exhibición o un concurso. Después de haber ganado el premio, y de habernos presentados una serie de rivales, competidores y personas variadas, el auto del abuelo es robado por la noche. Es entonces cuando la abuela y el nieto comienzan a investigar, pero investigar investigar, el robo del coche del abuelo. Creo que este fue mi primer contacto. Porque a diferencia de lo que hacen otras series animadas que parodian diversos géneros, esta serie no sólo lo parodió, sino que se montó una verdadera historia policial con pistas y declaraciones y toda la cosa. Con pruebas y conexiones lógicas incluso. La resolución del misterio, por otra parte, es algo que no terminas de esperar y de creer, pero todas las pruebas dicen la solución a borbotones...

Esa fue, sin lugar a dudas, mi primera experiencia con el género. Era bastante pequeño, no entendí mucho de lo que se habló ni me centré en las pruebas y esas cosas, pero hace unos días he buscado ese capítulo por el YouTube para sacarme la curiosidad, y he ahí que todo estaba increíblemente dispuesto desde un principio. Claro está, no es un misterio del que podamos decir que es la joya de los misterios, pero para un público infantil es relativamente complejo y tiene sus detalles... Está muy bien conseguido, está muy logrado, es maravilloso.

Dejo aquí el enlace directo a la primera y la segunda parte del episodio, así podéis ver lo que yo he visto y saber de dónde viene esta afición al género.

Creo que lo puedo decir con orgullo de haberlo encontrado al fin. Después de mucho tiempo de pensar y buscar, creo que me merezco poder decirlo, ¿no? Creo que, en sí mismo, el saber cuál había sido mi primer acercamiento, por qué canal y cómo lo había recibido era un misterio. Un caso policial, si se quiere. Así que... ejém...

... Me permitiréis que me tome esta licencia...
..."La verdad está ahí afuera"...
Hem... como que se me chispoteó... veamos si ahora puedo poner bien la cinta...
...
Caso cerrado.


(así sí se siente bien terminar una investigación)

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