viernes, 15 de octubre de 2010

Javier Cercas, Premio Nacional de Literatura


Hace unos días el Ministerio de Cultura ha concedido el Premio Nacional de Literatura en modalidad de narrativa a Javier Cercas, conocido por Soldados de Salamina, por la obra Anatomía de un instante. En esta obra de 2009, que no es propiamente una novela (se acerca más al ensayo, aunque tampoco lo veo del todo en esa categoría), Javier Cercas analiza el golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 partiendo de una imagen: esa en la que, en el Congreso de los Diputados, durante los disparos al techo de los militares, solamente permanecen sentados en su asiento el presidente Adolfo Suárez, el vicepresidente teniente general Gutiérrez Mellado (que, para ser exactos, estaba de pie) y el diputado del Partido Comunista Santiago Carrillo.

Tal vez sea porque me identifico totalmente con la admiración que Cercas muestra por la imagen, pero la verdad es que el libro me pareció una maravilla cuando lo leí pocos meses después de que saliera a la venta. No es una novela, pero el lenguaje que emplea es más bien literario, con muchos detalles estilísticos. Es una manera de explorar, de una manera distinta, el golpe de Estado, a través de sus protagonistas, esos héroes del 23-F que no dejan de ser un ex-ministro franquista, un golpista (en 1936) y un comunista con un pasado también oscuro.

En fin, que es un libro que recomendaría especialmente a aquellos a los que les interese mínimamente el golpe del 81 (por ejemplo, a aquellos a los que les gustó la existosa tv-movie de la primera 23-F: el día más difícil del rey). Y a los demás, no deja de ser curioso como ensayo escrito como si fuera una novela. Os dejo un enlace a la noticia, que podéis encontrar en muchos más medios, aquí.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

MUy interesante el post. De Cercas he leído Soldados de Salamina y la verdad es que me gustó mucho, pero no he leído este último. La verdad es que no leo demasiado en estos ultimos tiempos. Pero seguro que es un libro muy interesante, porque ese momento fue clave en nuestra historia más reciente.

Una pregunta ¿hablarás del recientemente galardonado premio planeta?

Besitos de jengibre.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

A mí después de leer este me entraron ganas de leer Soldados de Salamina, pero la verdad tengo una lista interminable de libros por leer. Quiero acabar Un mundo feliz de Huxley, aprovechar lo del Nobel de Vargas Llosa para leer Conversación en la Catedral, quiero leer el último libro de Alfredo Conde... y durante el curso normalmente casi no leo nada, así que no creo que avance rápido.

Del premio planeta pensé en hablar, porque La verdad sobre el caso Savolta me había gustado mucho, y había leído también El misterio de la cripta embrujada (que es un libro cortito suyo muy entretenido), pero la verdad no sabría muy bien por dónde empezar la entrada xD

Anónimo dijo...

Pues debes leerlo, sobretodo si te gusto Anatomía de un instante.

Yo tampoco leo demasiado en estos tiempos. Pero quiero leer algo de Eduardo Mendoza desde hace siglos. Es uno de los escritores barceloneses más importantes. Y me han hablado muy bien de La ciudad de los prodigios y Sin noticias de Gurb. Pero de momento no se cuando podré leerlo. Ahora tengo pendiente dos libros, El símbolo perdido y El tiempo entre costuras, dos regalos de cumpleaños.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

Creo que voy a poner La ciudad de los prodigios en la lista xD Pero es una lista un poco demasiado larga ahora mismo, a ver si la acorto un poco este fin de semana...

Nicolás dijo...

A ver, sí, sé que soy un desastre, que como coordinador general debería ser un poco más responsable, que si me dieran una casa la quemaría sin siquiera encender un fósforo, que si me perdiese en el desierto más grande del mundo bastaría que alguien ponga un jarrón muy preciado y valioso (a nivel monetario o en calidad de reliquia familiar, dá lo mismo) para que yo llegue a ese lugar y lo rompa, y también sé que si alguien me dice "mira esa flor única en el mundo y una de las últimas en su especie", yo me doy vuelta y al querer verla la aplasto con el pie. Por eso ruego mil disculpas por todo lo que he aplasado el comentar en esta entrada (ya la había leído el dieciseis, así que no me puedo disculpar por no haberla leído, mas no así por no haberla comentado).

Huy, no habléis de libros pendientes, porque ahí yo gano por goleada... Quería leer el psicoanalista, tengo muchos ahí que todavía están acumulando polvo, y la lista sigue siendo larga. Lamentablemente no la podré acortar en fines de semana venideros... Pero bueno, si algún día me tomo un año sabático, que sea bien empleado y que logre concluir lo que he comenzado.

No conocía nada de Javier Cercas, así que quizás haya sido una buena oportunidad para apuntarme un tanto con los libros que habéis mencionado (incluso con otros libros de otros autores que se han dejado sentados más arriba). No podría añadir nada más, puesto que no conozco mucho (y cuando digo esto quiero decir "conozco nada") de este autor.

Un apunte curioso: Si algo me ha enseñado la experiencia con la escritura y la lectura es una cosa. Los géneros que conocemos, narrativos, poético y lírico, incluso todas las divisiones que podamos hacer, hablar de lo que es y lo que no es ficción, poco a poco se van desmontando a medida de que avanza el tiempo y se profundiza más. Desde el realismo mágico hay una revolución de géneros, y en esa revolución, los autores rompen con los patrones, destruyen y aniquilan las fronteras ilusorias, y al final de los tiempos... los autores logran dominar los géneros, no a la inversa. Ahora mismo, así como ocvurre con la prefiguración de la estructura de la realidad (a la que interpretamos a través de parámetros objetivos y claros que impidan que nos salte la tapa del cerebro), la catalogación en géneros y subgéneros se hace a fines de análisis y estudio, pero en realidad cada vez se difumina más. El otro día me puse a pensar que con esa movida del regaeton, del rap y demás similares, se está volviendo a un periodo romanticista de la historia de la poesía, en lo que se busca la rima constante, como hacía el mismísimo Bécker. El mismo Julio Cortázar mezcla y conjuga muchos estilos en algunos de sus cuentos, y otros autores logran conjugar el terror, el policial, la ciencia ficción y el género fantástico con la locura y el caos total en la escritura. Jorge Luis Borges mezcla el ensayo con el cuento, y al final todo se convierte en un berengenal... Los límites de la literatura son difusos y sólo sirven para estudiar y para vender (todo sea dicho, muy poca gente compraría un libro que está catalogado en género "mire, lo cierto es que esto es un zanco de cosas que parecen pegadas sin sentidos y que demuestran que el autor estaba bastante pirado, pero en realidad queda bastante bien, no se crea").

¡Elen síla lumenn omentielmpo!

P.S. Muy buena entrada, me ha gustado.

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

Cuando estaba leyendo tu comentario hubo un momento que me perdía xDD Qué profundo, menos mal que sabía lo que querías decir, que sino con la prefiguración de la estructura de la realidad me iba a dar un síncope o algo xD Con lo de la vuelta al romanticismo a través del rap me he quedado patidifuso, perplejo, patitieso, y todo lo que se os ocurra. Jamás se me habría ocurrido pensarlo, pero es una reflexión la mar de realista. Y no te preocupes por tardar en comentar, que todos tenemos cosas que hacer y a todos nos pasa que hay días que no nos apetece.