viernes, 23 de abril de 2010

Día internacional del libro



Hoy, veintitrés de abril, se celebra el Día internacional del libro. Creo necesario, por tanto, no saltarnos este acontecimiento y hacer una breve reflexión personal.

Como todo lo que hay que saber del Día del libro se encuentra en el enlace que he dejado a Wikipedia, no considero necesario decir lo mismo que se dice allí con las palabras cambiadas; no tiene sentido. Quiero, en cambio, hacer una breve reflexión personal.

Gracias. Por todo lo que los libros nos dan cada día.
Gracias. Porque están llenos de riquezas y de maravillas.
Gracias. Porque cuando se abre un libro también se abre un mundo, una vida, una nueva aventura.
Gracias. Porque no hay nada más hermoso que perderse toda una tarde envuelto en un buen libro.
Gracias. Porque vivimos experiencias con ellos que nos resultarían imposibles vivenciar en la vida real.
Gracias. Porque sin ellos nos perderíamos un montón de cosas geniales.
Gracias. Porque es arte, y el arte persigue la belleza, la estética y la expresión.
Gracias. Porque sólo alguien que se pase una noche en vela para terminar un libro sabe cuál es esa magnífica sensación que se experimenta cuando se acaba: mitad complacida, mitad amarga.
Gracias. Porque nos encariñamos con personajes que luego mueren al cerrarse el libro, pero que viven en nuestra mente por mucho tiempo y nos dan nuevas ideas.
Gracias. Porque el lector se pone en la piel de los personajes y vive, siente y experimenta, y es una experiencia impagable.
Gracias. Porque la literatura es ficción, y la ficción suele ser mejor reflejo de la realidad de lo que parece.
Gracias. Porque la literatura en general es un mundo aparte, un mundo nuevo. Debido a la intertextualidad, la literatura no son sólo un montón de libros y cuentos sueltos; son libros en respuestas a libros o visiones de un mismo tema. Como en la sociedad, cada obra no va apartada de un momento histórico ni de una relación con otras obras.
Gracias. Porque enseña a desarrollar un criterio propio, a pensar, a usar el cerebro para algo más que simplemente tenerlo cubierto por cabello y hueso.
Gracias. Porque es hermoso estar de ambos lados de la moneda y ponerse como lector y escritor.
Gracias. Porque lo que dán los libros es indescriptibble.
Gracias. Porque no puedo decir nada más de ellos.
Gracias. Porque puedes conocer, al igual que los hobbits, sus retrucos y sus juegos en muy poco tiempo, pero jamás te dejarán de dar nuevas sorpresas.
Por esto y por mucho más, tan sólo, gracias.

Sólo una palabra. Porque todas las demás se quedarían muy cortas. Hoy día se trata de fomentar la lectura, y pienso que no hay mejor. Porque la lectura abre caminos insospechados y llena de nuevas oportunidades. Porque la lectura, en muchas ocasiones, es tan sólo un lugar en donde perderse un rato y divagar, eludiendo por un momento la realidad y perdiéndose en un fantástico mundo ficcional. Por todo esto, y por muchas cosas que no entrarían aquí: gracias.

Disfruten de los libros, porque no muerden y ayudan mucho.

Y sí, también es el día de los derechos de autor y la propiedad intelectual, pero no quiero meterme con estas cosas. La lectura tiene que ser algo libre, abierto y sin tanta burocracia. Hay que fomentar la lectura, porque no hay muchas cosas que se igualen a la lectura, y porque, a sí mismo, tampoco hay muchas cosas que produzcan los mismos resultados.

En este blog se le ha dado un lugar primordial a la literatura en muchas ocasiones. Tanto como son reflexiones sobre otros autores, como cuentos originales de Jengibre o de mí, como de breve teoría literaria. Aquí juega un rol, al igual que otras áreas, casi céntrico. Como en El salón del estudio, la literatura juega un papel central en nuestras charlas, no he dejado pasar esta oportunidad para decirles a nuestros amigos los libros: gracias.

¡Feliz Día Internacional del Libro y a leer se ha dicho!


¡Elen síla lumenn'omentielvo!

3 comentarios:

Los Fantasmas del Paraíso dijo...

plas plas plas plas plas (no se me ocurría cómo escribir aplausos xDD).

La verdad, recuerdo la experiencia de acabar el libro del que tomé el nombre de Los Fantasmas del Paraíso, y fue el final de libro que más shock me causó nunca. Fue algo curioso. Era una trilogía, y acababa precisamente con las palabras Los Fantasmas del Paraíso. Cada vez que lo recuerdo me entran escalofríos, como ahora xD.

No hay nada como estar enganchado a un libro.

Nicolás dijo...

¿"Aplauso"? Hombre, yo tenía entendido que "aplauso" se escribía "aplauso" XDDD En todo caso, me la has dejado difícil para hacer la honomatopeya de una reverencia XD

Creo que tu última frase sintetiza a la perfección la entrada: No hay nada como estar enganchado a un libro.

Recuerdo que cuando terminé una de las sagas que más he seguido (la de Holmes y sus magníficas sesenta historias) me conmoví en lo más hondo de todo mi ser. Pero sí, entiendo. Son esas cosas indescriptibles que no se podrían (ni se querrían) describir. Son sensaciones y emociones altamente personales y cargadas de uno mismo. Es una fusión perfecta entre el autor y el lector, entre la ficción y la realidad, entre un universo y otro. Es una confrontación, un choque, y a la vez una caricia. Y ese no sé qué que queda flotando... es... como ya se ha dicho, indescriptible.

Por eso un breve homenaje (aunque debería ser muy largo) a los libros, nuestros amigos.

Anónimo dijo...

Yo también me sumo al aplauso de Fantasmas.

Una entrada genial.
Y como lectora compulsiva que soy también he sentido la emoción de empezar una historia nueva y la tristeza de llegar al final si la historia te ha cautivado.