viernes, 29 de julio de 2011

Burocracia



Estoy cabreado, muy cabreado. Imaginad cómo va a salir este post.

1. Quizás algunos sepan (los que no, ahora se están enterando así que ya lo sabemos todos) que estoy iniciando el trámite de preinscripción a FaMAF para comenzar el cursillo de ingreso y ver qué termino haciendo de mi vida (aparte de resolver crímenes y pensar, quiero decir).
2. El trámite sería bastante sencillo... aunque yo la verdad es que lo veo muy complejo. Hay que presentar un formulario que está ahí en la página, el cual ya he completado y que parece ser invisible (empezamos bien). Hay que llevar fotocopia de las dos primeras páginas del DNI y el número de CUIL.
3. Las dos primeras son salvables, sacar una fotocopia y pedirle a alguien que me imprima esa formulario que en teoría está ahí y que el lector no puede registrar son cosas muy sencillas.
4. El problema es el número de CUIL. A saber para qué diantres quieren un número de CUIL. Porque el número de CUIL es de la seguridad social, exclusivamente para los trabajadores, y como yo no quiero trabajar, sólo estudiar tranquilo y ver la forma de demostrar que el ser humano es tonto por naturaleza... en fin. Que ese numerito (esto me daría pie a contar un chiste sobre números, pero no estoy de humor) es muy importante para el resto de tu vida, porque con él te acreditan todos los trabajos que harás para el Gobierno y de este modo alcanzarás una jubilación miserable que te hará dar gracias al boludo de turno mientras el resto de la humanidad te desplaza a un lado y espera con ansiedad tu muerte para vivir en un mundo de juventud y belleza (muchísimas gracias, monsieur Nietzche, recuérdeme enviarle flores).
5. En algún lado lo he dicho ya... A los catorce años, como para que me dejaran rendir libre en el colegio (esa es otra, ¿por qué cojones el sistema educativo no es capaz de ser flexible para estudiantes que prefieren no moldear sus mentes a la masa, despertarse tarde y estudiar todos los contenidos de un temario del cual en las aulas pueden llegar a ver menos de la tercera parte?) tuve que sacar ese dichoso numerito de CUIL para hacer un certificado de discapacidad, certificado que se renueva cada tres o cuatro años (¡como los políticos!). En efecto, uno tiene que ir a un hospital grande a corroborar que sigues siendo ciego (¡hurra!).
6. Esto tendría que dejarme más tranquilo, ¿no? Porque esto quiere decir que ya tengo el número de CUIL, ¿no? En efecto, queridos míos, no tengo el número de CUIL porque el número de CUIL lo tenían mis padres, y entre una cosa y otra (pasaron como tres años, señora) se ha terminado perdiendo en vayaunoasaberdónde. ¿Conclusión? A sacar el número de CUIL.
7. Entro a la página oficial del ANSES, intento encontrar cómo obtener el dichoso CUIL. Voy a Obtener constancia de CUIL y ahí me dicen que inserte el bienaventurado (me estoy conteniendo mucho para no soltar una palabrota por aquí) numerito junto con un cabcha visual. Qué gracia que me hacen estas cosas. "Pero... ¿cómo diantres introduzco yo el número de CUIL? ¡Yo quiero que me dén el número de CUIL!".
8. Me voy al preguntas frecuentes, ¿Cómo obtener mi número de CUIL? Dice que hay varias formas y que todas son igualmente válidas, pero luego sólo describe una. Es yendo al ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) y presentar un montón de papelitos. Dice que no es un trámite exclusivamente personal (por cierto, se les agradecería mucho a los personajes que trabajan allí que tuvieran el decoro de escribir como corresponde, y si ya perdieron incluso el sentido común podrían hacerlo sólo por pura vergüenza), y yo alusino. Porque si uno es menor de edad... (atención) tiene que ir el padre o tutor a completar el trámite. Dice además que el CUIL es único ("¿No, en serio?") y que no puedes tramitar otro teniendo ya uno porque eso les rompería grandemente las estructuras al Gobierno. Desesperado, busco la sección oficinas, para ver el número de teléfono de esta porquería de establecimiento y oh sorpresa. Damas, caballeros...
9. ... En efecto, podemos encontrar todas las oficinas de ANSES en todo lo largo y ancho del territorio argentino, así como sus respectivas locaciones geográficas y horarios de atención al burro (perdón, al cliente), pero por las barbas de la ballena que no van a salir los teléfonos, aunque sea para preguntar qué debería hacer en caso de haber extraviado un CUIL y ser menor de edad.

Recapitulando. ANSES tiene un sitio web para hacer más fácil la vida a los trabajadores, a los desempleados, a los jubilados, a los pensionados, a los futuros jubilados o pensionados, y en general a todo el mundo... pero lo que yo veo es sencillamente que te facilitan la información para que sepas qué debes ir a hacer en algún edificio del ANSES. No lo termino de ver claro, de verdad.

Y ya están a punto de cerrar, si lo que dice la página es cierto, por lo que aún llamando al servicio de guía por teléfono me atenderán como el ácido ortofosfórico. Mañana no atienden. Por lo que el lunes tendré que llamar e ir.

Yo de verdad no lo entiendo. Tienen absolutamente todo lo necesario para hacernos las cosas más fáciles, pero no son capaces de dejar un tonto número de teléfono ni de facilitar la forma de que un noble ciudadano obtenga un número de CUIL. No tiendo a aborrecer a la raza humana, pero creo de verdad que la burocracia es algo que sólo podía haber sido creada por los seres humanos. Espero que el trámite no demore más tiempo; la inscripción en la universidad, que es lo más urgente, termina el viernes próximo, así que os mantendré informados.

P.S. Hablaría del material de estudio del cursillo de ingreso, pero lo cierto es que no tiene sentido y podría traerme más penas que glorias.

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